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Liga Adelante | Murica 1 - Celta 3

De Lucas 'superstar'

Lideró el triunfo del Celta ante un Murcia sin suerte

<b>DESEQUILIBRANTE. </b>Quique De Lucas regresó a Murcia y lideró la victoria del cuadro de la capital olívica. Venganza de un 'acreedor'.
DESEQUILIBRANTE. Quique De Lucas regresó a Murcia y lideró la victoria del cuadro de la capital olívica. Venganza de un 'acreedor'.reportaje gráfico: pepe valero

Cuestión de tener o no a De Lucas. De que te piten (o no) un penalti, que lo fue, al filo del descanso; cosa de detalles 'lloriqueaba' Iñaki Alonso en sala de prensa pero también de fútbol y de llevar mucho tiempo jugando juntos en el caso de los gallegos y de andar en fase de ensamblaje en lo que al Real Murcia se refiere. En resumidísimas cuentas por todo eso, y reitero gracias a un De Lucas es-pec-ta-cu-lar, el Celta sumó su primera victoria a costa de un Murcia que pagó el peaje en su vuelta a Segunda y que se llevó un castigo algo exagerado.

En una matinal en la que fue el Murcia quién mejor arrancó. Asociándose Emilio y Sutil, buscando los dos a ese Kike que probó antes del cuarto de hora a Yoel en un par de llegadas... El inicio en nada se pareció al final. Mientras los grana la tocaban (eso sí, sin demasiada profundidad) el Celta aguantaba el chaparrón e iba avisando con contras cada vez más peligrosas. En todas estaba De Lucas. Unas veces con Alex López, otras con Mallo, con Insa y la mayoría con David Rodríguez y con Bermejo. Estos dos últimos fabricaron el 0-1: asistió Bermejo y Rodríguez encañonó a Alberto al que su defensa dejó sólo ante el peligro. Lo de tantas veces en el fútbol de Segunda: primera oportunidad y golito. Sin tiempo para sentir el vértigo de verse abajo el Murcia empató en una jugada de profundidad (de las pocas) entre Pedro y Kike que a la media vuelta estiraba su gadchetobota y devolvía la ilusión a una grada a la que, de nuevo, De Lucas devolvió a la pesadilla. Fue tras un error en la salida del balón desde la defensa, fue tras un centro del MVP al que Amaya respondió como Rudy Fernández: taponando con la mano. Penalti y gol psicológico para el Celta de Herrera, que hizo lo que acostumbran los equipos grandes: sobrevivir y tomar ventaja aún sin jugar bien.

Sin fuelle.

La segunda parte fue un paseo del Celta ante un Murcia que evidenció falta de fútbol y sobre todo mucha pesadez de piernas. Los grana separaron sus líneas, su defensa se mostraba lenta (Oriol y Amaya sufrieron), su doble pivote (Richi apenas la tocó) desapareció y arriba Kike andaba siempre en inferioridad. Por contra, en el Celta todos brillaban. Suele pasar cuando vas arriba y más tras el 1-3. Después de que, sí, De Lucas, volviera a hacer de las suyas a balón parado con un golazo de falta casi sin ángulo. Ahí se acabó el partido. Al menos para el Murcia que introdujo cambios pero que siguió igual o peor.

De ahí al final el Celta jugó con el Murcia. Posesiones eternas, mil y un toques entre las que se colaron brusquedades mayormente locales. De un Murcia que dejó un último aroma malo y al que le faltan jugadores (Chuti Molina tiene trabajo hasta el miércoles) con los que competir contra equipos tan bien armados como el Celta de Quique De Lucas.