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Liga BBVA | Málaga

Joaquín: diez años de sonrisas en Primera

El 26 de agosto de 2001, un chaval de 20 años que se estrenaba en Primera División se batía en duelo con Roteta en una banda de La Rosaleda. Hoy, ese joven que soñaba con ser torero es uno de los ídolos del malaguismo y dibuja tras de sí una trayectoria de buen fútbol y sonrisas.

Antonio Gallardo
<b>RECUERDOS. </b>Joaquín remeroró con AS sobre el césped del estadio La Rosaleda su debut en Primera División.
Reportaje Gráfico: Mariano Pozo

Joaquín está de aniversario. El 26 de agosto de 2001, hace justo diez años, jugó su primer partido en Primera División. Y lo hizo en La Rosaleda, que hoy es su casa. El niño que quería ser torero cumple una década como futbolista de bandera. Le arma al capote, pero es en sus pies donde guarda su verdadero talento. Pregunten si no a Roteta, que fue el primero en sufrirle. "Me acuerdo de aquel Málaga-Betis como si fuese ayer. La verdad es que Roteta lo pasó mal. Yo tenía 20 años y volaba, aunque él era un defensa experimentado y no me lo puso fácil. Perdimos 3-2, pero tuve un buen debut". El vasco tiró de picardía para frenar a ese rayo de El Puerto que llegaba con ganas de comerse el mundo. "Me decía 'niño, no corras más que al final te voy a tener que dar' (risas). Y alguno que otro recado me dejó. Pero siempre iba al balón", recuerda Joaquín, al que se le ilumina la cara cuando ve la foto del once de aquel día: "Era un niño. Denilson, Prats, Crosa, Ito... Aquí hay unos cuantos ya retirados".

A lo largo de estos diez años, Joaquín ha ganado dos Copas del Rey, ha disputado 24 partidos de Champions, dos Mundiales (2002 y 2006), una Eurocopa (2004) y ha sido internacional en 51 ocasiones: "Mi primera gran tarde de fútbol fue en La Rosaleda. Luego he vivido muchas más y espero que este estadio y esta afición disfruten todavía de un buen puñado de partidos felices de Joaquín. Sigo siendo el mismo de hace diez años, mi fútbol no ha cambiado. Sí he ganado en madurez y ahora soy un jugador con mucha confianza". Durante una década, Joaquín ha complicado la vida a muchos laterales zurdos, que le reservaron alguna que otra patada: "¿El rival más duro? Roberto Carlos, en todos los sentidos. Era un tío que cuando entraba saltaban chispas. No se andaba con chiquitas, en la primera entrada ya te dejaba marca. Además, ha sido el lateral más difícil de superar de todos a los que me he enfrentado. Era complicadísimo driblarle y, al mismo tiempo, era muy difícil defenderle porque se sumaba mucho y muy bien al ataque. Pero si le preguntan a él, les dirá que Joaquín le dio malas tardes". También vivió derbis de máxima rivalidad. Precisamente, ante compañeros de hoy como Baptista o Maresca: "Con ellos no tuve rifirrafes. Los míos fueron con los defensas. David, Alfaro, Navarro... Con ellos me di bastante leña. Bueno, más bien me dieron ellos a mí, porque yo repartía poco".

Referente.

Cambio de registro. Del rival más duro al jugador que siempre hubiese tenido a su lado. Otro '7': "Futbolísticamente me quedo con Raúl. Sin ninguna duda. Por todo. Por cómo es personalmente y como profesional. Es un diez en todo. Hablé con él este verano en Holanda. ¿Que lo fiche el jeque? Él estaría encantado (risas). Con los años que lleva al máximo nivel, sigue marcando goles y haciendo de las suyas. Es un tipo que merece todo nuestro respeto y admiración. Y la mía la tiene".15.000 malaguistas desafiaron al calor para hacerle saber que ya es un ídolo en Martiricos. Joaquín recoge las expectativas y las convierte en exigencia: "¡La gente está loca con el equipo! Por la calle nos piden que le metamos cinco al Barça, cuatro al Sevilla... Nos transmiten esas ganas de ver un Málaga grande y de poder estar entre los mejores. Será difícil y habrá que correr mucho. Pero somos conscientes de la plantilla que hay y el objetivo tiene que ser pelear con los equipos que luchan por entrar en Champions". Colocar al Málaga justo detrás de Madrid y Barça. Un reto de altura. Como el de la Selección, que le siguiendo haciendo mucho tilín al gaditano. Hace unas cuantas temporadas que el rojo desapareció de su armario futbolístico. Pero no se rinde: "Mientras sea futbolista, tendré esa ilusión, aunque también soy realista y sé que mi caso es difícil. Llevo años sin ir y es difícil entrar en un grupo campeón de Europa y del mundo. Pero lucharé y viviré con la ilusión de vestir la Roja".

Alegría.

Joaquín se ha convertido en el animador oficial del vestuario. Sus chistes causan furor. Eso sí, se exige un mínimo de simpatía: "¿Un chiste del dedo de Mourinho? Es complicado. Mourinho se levanta serio y se acuesta serio (risas)". Todo lo contrario que él. "Es un artista", proclama Baptista. La de Joaquín es la historia de diez años de buen fútbol y sonrisas en Primera.