El Athletic se enreda solo

El Athletic se metió anoche en un serio lío y lo deberá solventar en Estambul si no quiere complicarse la temporada. Fue incapaz de atinar con las mallas del meta Tolga pese a disponer de un futbolista más desde el minuto cinco y todo se debió a su impericia. El Trabzonspor demostró muchísimo oficio desde la absurda roja a Yilmaz y los leones se enredaron en su tela de araña sin encontrar una vía. Dos paradas de reflejos del meta Tolga ante Susaeta y Llorente suponen un pobrísimo bagaje ante una ventaja así. Y los de Bielsa, que se estrenó entre dudas de los futbolistas y la grada, deben dar las gracias a Paulo Henrique por malograr un contragolpe que debió ser mortal.

Fue decepcionante, como reconoció el mismo técnico de Rosario en la sala de prensa. La noche se puso no solo para ganar, sino para zanjar la eliminatoria. El Athletic no hizo méritos para más. Desperdició su dominio en la posesión y, para colmo, únicamente remató en condiciones un córner de más de una docena. Habrá que marcar fuera y quizás con el Trabzonspor más abierto se le vean más carencias defensivas.

El equipo rojiblanco demostró bien pronto que simplemente tiene aprendida una de las lecciones que le ha impartido su técnico, la de la presión. En ello, los leones fueron un diez toda la noche, a pesar de que el partido se les pusiese también pronto de cara para demostrar que son poderosos al atosigar al adversario. Pero les quedaba lo más complicado, acertar con la llave para abrir el candado que improvisó Senol Günes. Colocó dos líneas al borde del área tras la expulsión del talentoso y frívolo Yilmaz, y únicamente Muniain desequilibró a sus zagueros. Llorente no atinó y fue bien sujetado, literalmente.

Pese al interesante y vibrante comienzo, en el que el riojano dispuso de una gran ocasión tras peinada de Iturraspe, el Athletic se diluyó entre las ganas de agradar con los toquecitos. Como pide su nuevo jefe, se movió con cierto salero, pero las bandas fueron, hasta el descanso, un desastre en el centro al área. En especial la izquierda, en la que De Marcos (la sorpresa del once) y Gabilondo, espeso como en sus peores noches, no dieron con la tecla.

No es de extrañar que Bielsa mandase calentar a Susaeta para la media hora y le acompañasen acto seguido en la banda tanto David López como Toquero, aclamado como siempre. El vitoriano es, inicialmente, el gran damnificado por la marcha de Caparrós, pero con noches nubladas como la de ayer gana enteros. Ya se sabe que quien no está en el campo siempre juega mejor que el que no da una a derechas, pero anoche el Athletic fue mejor con él. Además, se echó de menos el acierto con el balón parado de la etapa del utrerano, pero es que los centros de la primera mitad fueron simplemente irrematables.

Tolga, casi inédito. Fue así bastante triste que el guardameta turco se marchase al descanso sin tener que demostrar su valía. Bielsa hizo dos cambios de golpe y Susaeta probó por fin a Tolga tras un jugadón de Muniain y peinada de Llorente. Sin embargo, el Athletic quedó al descubierto en tres ocasiones y, en una de ellas, Altintop plantó a Paulo Henrique ante Iraizoz. Menos mal que picó la pelota fuera.

Hubo faltas directas al borde del área para que probase suerte hasta el delegado de campo. No era la noche. Menos la de Llorente, que tuvo dos balones en su cabeza de los que nunca falla. Hasta la lluvia vino a suponer oxígeno para los leones, entre los que Herrera trataba de poner orden, pero no encontraba la manera. No fue por no intentarlo.

Bielsa dice no estar intranquilo de cara a la vuelta y habrá que creerle. El Athletic se juega muchísimo en lo económico y en credibilidad. Allí habrá que marcar. Por lo menos, se vio a un Amorebieta muy entonado defensivamente. Por cargarse de moral, que no quede.