Cordialidad en la comida

La tradicional comida entre las directivas de Barça y Madrid transcurrió, como no podía ser de otra manera, por los cauces de la normalidad. El ágape, que fue organizado por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), tuvo lugar en el hotel Majestic (concretamente en su restaurante, Drolma) y al mismo acudieron, además de Sandro Rosell y Florentino Pérez con sus respectivas directivas, el presidente de la RFEF, Ángel María Villar, y el de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), José Luis Astiazarán.

Villar ejerció de árbitro durante el almuerzo, pues se sentó entre Florentino y Rosell. La conversación giró en torno al segundo Clásico de la temporada, pero, sobre todo, a la huelga decretada por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) para las dos primeras jornadas de Liga. La cordialidad fue el denominador común de un ágape que constó de un carpaccio de setas en su primer plato, un solomillo de segundo y una crema catalana de postre. Al término de la comida, y como viene siendo habitual, nadie quiso hacer declaraciones.