Trofeo Colombino | Recreativo 1 - Atlético de Madrid 2
Reyes estrena el 10 con honor
El Atlético logró su sexto Colombino sin necesidad de apretar. Adrián y Salvio marcaron los goles rojiblancos. Fidel regaló a Vega el tanto del Recre.
Todos sabemos que no conviene juzgar con demasiada dureza nada de lo que suceda un viernes por la noche. Así que, aunque desconectase a ratos y jugase a medio gas, la victoria del Atleti en el Colombino debe evaluarse como lo que fue: un trámite amable. Al fin y al cabo, como mi vacacional padre me explicó cuando le pregunté que cómo se le había ocurrido irse hasta la Peña Chipionera para ver el partido, un título es un título.
Hasta ese título llegaron los de Manzano con algunos apuros, porque el Recre espabiló en la segunda parte arrastrado por Fidel. El canterano, de 21 años, tiene una zurda fabulosa y una historia con moraleja en este verano de éxitos de nuestras categorías inferiores. En 2009, algún iluminado pensó que el chico, pese a que había despertado el interés de varios Primeras, no valía ni para el filial y le echaron. Volvió por su empeño y el de un entrenador con cabeza y hoy es, de largo, el jugador con más calidad del equipo. Por suerte, el talento sobrevive a veces. Pero sólo a veces.
Le necesitará el Recre para navegar sin apuros por Segunda, porque su primera parte, con Fidel aún en el banquillo, fue planísima. Sólo tuvo una oportunidad cuando en el minuto 7 se juntaron Miranda y Perea, una pareja que promete emociones fuertes. El brasileño despejó mal hacia atrás y el balón golpeó al colombiano, que corría hacia Courtois. Fuera por poco. La leyenda a punto estuvo de crecer.
Por su parte, Manzano improvisó un híbrido entre 4-3-3, 4-3-1-2 o cualquier combinación de números que sumen once que se les ocurra. Elías partía como delantero centro, pero bajaba constantemente a ayudar a los tres mediocentros, dejando un ataque de lo más particular: dos en las bandas y nadie en medio por si se les ocurría centrar. Si ni en un amistoso y sin delanteros disponibles, el técnico se decide a darle una oportunidad a Borja... Queda claro que a Gil Marín y Caminero se les olvidó explicarle aquello del proyecto de cantera.
El caso fue que Elías, estuvo bien. Tiene cierta lógica: un futbolista que aún nadie sabe de qué juega jugando en una posición que nadie sabía que existía. Pero el brasileño, víctima precipitada de los errores de planificación del Atleti y el razonable hastío de su afición, cumplió. De él nació la jugada del 0-1, en la que sus compañeros se disfrazaron de otras personas. Elías metió un buen balón a Perea, transmutado en lateral de calidad, que la puso atrás perfectamente para Adrián, vestido de rematador implacable. No lo son, pero fue bonito. Gol.
A ratos, el Atleti tocaba con cierto sentido, pese al horrible día de Tiago, y Filipe Luis se hartó de llegar a la línea de fondo y poner buenos centros. Si finalmente llega Falcao, un cabeceador increíble, la completa recuperación del lateral brasileño sería una noticia magnífica.
En el descanso, Manzano decidió que ya bastaba de experimentos y recuperó el 4-4-2. Está visto que no hay forma de que el Atleti tenga mediocampo. Así que sucedió lo habitual: el equipo se partió. Como, además, redujo un par de marchas y Fidel entró al campo, el panorama cambió de inmediato.
Golazo. El Recre empezó a rondar (sin mucha fe) el área del inédito Courtois, hasta que, tras un córner, el balón le cayó a Fidel pegado al banderín. Primero citó y toreó a Adrián. Recorte y adiós. Cuando el asturiano se quiso dar cuenta de lo que había sucedido, Fidel ya estaba poniendo un centro medido a la cabeza de Vega. Precioso empate.
Ante la perspectiva de tener que ponerse a lanzar penaltis a las doce de la noche, el Atleti espabiló. Como siempre este verano, Reyes fue el líder absoluto. El utrerano ha heredado el 10 de Kun y ayer lo estrenó con los honores que merece. Agarró la pelota y se puso a meter pases de gol como quien respira. Salvio aprovechó el del minuto 79 y, en el 86', Alejandro impidió que Borja se reivindicase en los pocos minutos de que dispuso.
Tras el 1-2, reinaron la paz y la anécdota, como el curioso juego de peinados de los pivotes defensivos del Atleti: Mario Suárez con su afro a lo Julius Erving y Assunçao con un tazón de marine estadounidense. Y al final, el Colombino para el Atleti. Ya saben, un título es un título.