Trashorras rescinde hoy y se va regalado al Rayo

Agonizaba ya el mes de junio de 2008 cuando el Celta presentaba a bombo y platillo a su fichaje estrella de ese verano, Roberto Trashorras. Más de tres años después, el mediapunta de Rábade se marchará hoy por la puerta de atrás para el club, pero aupado en los hombros de los aplausos de una afición que le idolatra y que no entiende su marcha. Eran las siete y media de la tarde de ayer cuando el lucense entraba en la sede de la Plaza de España para firmar su finiquito con el Celta. Las negociaciones se prolongaron más de lo previsto e incluso tuvo que hacer acto de presencia el presidente para desbloquear la operación que hasta entonces estaban manejando Antonio Chaves y Miguel Torrecilla.

Hacía tiempo ya que el club había decidido prescindir de sus servicios, pero lo más curioso del caso es que ni siquiera se molestaron en pedir una cantidad por su traspaso, sino que directamente le ofrecieron la carta de libertad, sin que el jugador la pidiera previamente. Teniendo en cuenta el cartel de Roberto en el panorama nacional no resultó muy difícil encontrarle pretendientes. A las pocas horas ya había varios equipos de Primera llamando a sus puertas. Racing, Betis y Rayo fueron los más interesados. Finalmente, serán los vallecanos los que se lleven el gato al agua. Hoy por la mañana Trashorras se desvincula definitivamente del Celta y acto seguido viajará a Madrid, donde pasará el reconocimiento médico y firmará por el Rayo.

"No me explicaron por qué no cuentan conmigo"

Roberto Trashorras siempre se ha caracterizado por ser una persona que da la cara en los buenos y en los malos momentos. Ayer, pasadas ya las diez de la noche y con el cansancio de casi de cinco horas de negociación en el cuerpo, no dudó en atender a los medios como siempre ha hecho. Aseguró que el acuerdo está cercano y mostró su eterno agradecimiento al celtismo: "Aún no hay nada cerrado, pero está todo muy encaminado. La diferencia es mínima. No me han explicado por qué no cuentan conmigo. Me voy con pena porque me hubiese gustado acabar mi contrato aquí, pero también con ilusión por la nueva etapa que me espera. Para el Celta sólo puedo tener palabras de cariño. Siempre le desearé lo mejor a esta afición, a este club y a toda la gente de Vigo", afirmó emocionado.