Roja escalinata hacia el Mundial

El Mundial se viste de esmoquin para España a partir de esta noche. La Selección entra de lleno en la escalinata de los cruces con un venenoso duelo de octavos ante Corea del Sur, tan angelical a primera vista como correosa después, tan inocentes sus jugadores como pegajosos luego. Es un choque de estilos, de culturas, de rasgos. De todo.

Un mundo separa a ambos países en lo general y en lo futbolístico. La pelota, por ejemplo, es el Santo Grial para La Rojita, mientras que la capacidad para correr durante todo el choque para recuperarla es el antídoto de los coreanos. El gran inconveniente con el que se pueden encontrar es que los de Lopetegui vienen claramente de menos a más y aún no han alcanzado la velocidad máxima que indica su cuadro de mandos. Y es mucha.

Alternativas. Además, volverá tras cumplir sanción el mediocentro Oriol Romeu, fijo como stopper en el centro del campo, y todo el arsenal que salga por delante suyo en tres cuartos de campo es una deliciosa incógnita. Canales, Sergi Roberto, Isco, Koke, Pacheco. Cualquiera de ellos está capacitado para conducir la sala de máquinas con el mismo criterio que tanto caracteriza en estos momentos al fútbol español.

Incluyen esta vez también las variantes al puesto de delantero, pues Rodrigo y Álvaro Vázquez mantienen un interesante duelo goleador que lo único que hace es favorecer a España. Esa voracidad será vital para superar a un conjunto coreano alejado del profesionalismo. Apenas su delantero Lee Yong-Jae, del Nantes, y otros tres futbolistas de la primera división de Corea cuentan con ese currículum. El resto milita en la liga universitaria, la U-League. Pero el tiqui-taca no se aprende. Ni se estudia. Con el tiqui-taca se nace.