Un partidazo de talla mundial en el que faltan Özil y Khedira

Brasil puede decir que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor con el partido de esta noche, que recuerda a la final del Mundial de 2002 que se llevó la Seleçao ante Alemania por 2-0. Doblete de Ronaldo, que al año siguiente aterrizó en el Real Madrid. Desde entonces, Brasil ha caído en cuartos de final (en Alemania y Sudáfrica) y ahora tira del carro de esta selección un chaval del Santos de 19 años, Neymar. Es la principal estrella de la canarinha, junto a Ganso, pero vienen del fiasco de la Copa América. El cambio de Dunga por Menezes no ha dado resultados positivos de momento. Un seleccionador, por cierto, que prefiere a André Santos (Fenerbahçe) en el lateral izquierdo antes que a Marcelo, que ni está convocado.

Tampoco lo están otros dos madridistas, Özil y Khedira. Joachim Löw, seleccionador alemán, les ha dado descanso para que afronten en mejores condiciones la Supercopa. Alemania sigue con su proceso de mestizaje. Löw incluyó en la lista a Gündogan (del Borussia), de raíces turcas, para atar su naturalización. Nada tiene que ver esta Mannschaft con la de 2002 (su bestia negra ahora es España), en la que estaba Miroslav Klose. Junto a Lucio, el único superviviente de aquella final de Corea y Japón. Encuentro especial para Cacau, que juega en el Stuttgart. Nació en Brasil, pero defiende los colores alemanes. Pero, sin lugar a dudas, si este partido lo retransmiten más de 190 países en directo es por ver en acción a jugadores como Neymar, que dice estar sólo concentrado en la Seleçao.­