Benzema no es un cuento chino

Al Madrid le bastó con jugar a medio gas para cerrar su gira por China con una cómoda victoria sobre el Tianjin. Una pretemporada que deja un pleno de victorias. Siete de siete. A pesar de que el conjunto local es conocido en Asia como el Barcelona chino, el encuentro no tuvo ninguna similitud con el partido de la Supercopa del próximo domingo y pocas conclusiones habrá sacado Mourinho. En primer lugar porque el técnico lo afrontó con el objetivo de dar minutos a los menos habituales y dispuso un once con sólo tres de los titulares que disputarán el primer Clásico de la temporada: Ramos, Xabi y Coentrao. Y en segundo lugar, porque el Tianjin resultó ser el equipo más flojo de la pretemporada.

Una muestra de ello es que no hizo ningún disparo entre los tres palos. La velocidad de Di María destrozó la endeble resistencia del Tianjin. El argentino no se resigna a ser suplente el 14 de agosto y aprovechó la ocasión para reivindicarse: en sólo 14 minutos provocó el penalti que transformó Kaká y marcó un gol. Antes de eso, Jesé ya había dado un aviso tras un espectacular pase entre líneas de Xabi Alonso. El cerebro madridista no encontró ningún tipo de oposición para circular el balón con comodidad y fue trazando diagonales una tras otra. Al descanso se pudo llegar a una goleada de escándalo, pero Jesé, Higuaín y el propio Kaká no estuvieron acertados. No obstante, el canterano progresa adecuadamente y ayer siempre creó peligro. Kaká, en cambio, necesita mejorar. Tenía el escenario ideal, en Asia, donde es un ídolo, para invitar a pensar que su fútbol sigue vivo. Precisamente, así rezaba el lema de una pancarta que presidía la grada del Estadio Olímpico de Tianjin: "Let`s see the best Kaká next season" (Se verá al mejor Kaká la próxima temporada). Pero pasan los días y sus incondicionales chinos son los únicos que confían en el brasileño.

Cambios. Tras el descanso, Di María y Xabi Alonso, los dos mejores en la primera parte, dejaron su puesto a Callejón y Khedira, pero Mourinho mantuvo el guión del primer tiempo. Salir con el balón jugado desde atrás, circularlo con velocidad, movilidad en los hombres de arriba para abrir espacios y tratar de desbordar por banda. Pero el carrusel de cambios provocó bostezos en la grada hasta que apareció en el campo la pareja del verano: Cristiano y Benzema.

Con ambos en acción el Tianjin pareció un pelele. La presencia del portugués fue respondida con un aluvión de flashes, mientras Higuaín anotaba el tercer gol del encuentro justo antes de dejar su puesto al francés. Y el 7 madridista no defraudó a la expectativas. Anotó el 4-0, que fue festejado en el estadio con la mayor ovación. En el último tramo, las cámaras perseguían a Cristiano, pero la mirada de Mou se centraba en ver el funcionamiento del doble pivote: Khedira y Pepe. Pero el que sobresalió fue Benzema. Su metamorfosis es tal que en tan sólo 22 minutos y viendo marcar primero al portugués, peleó por ser el máximo goleador del verano. Marcó dos y superó en uno a Cristiano (7). Increíble. Dentro de una semana, comienza lo serio y ahí se podrá calibrar la verdadera medida del Madrid.