Ponzio negocia su salida para volver a River Plate

Tras las salidas de Gabi y Ander, el Zaragoza está en camino de quedarse sin su otra referencia dentro y fuera del campo. Ponzio, harto de los impagos del club y descontento por la marcha de sus dos compañeros en el mediocampo, con el deterioro deportivo que eso supone, está decidido a abandonar La Romareda, de nuevo con destino a River Plate.

De hecho, Ponzio ha vendido su casa de Zaragoza hace unos días y está negociando su salida para regresar a Argentina. Ya tiene un acuerdo con Passarella, con el que conversa a menudo, por tres años, para que sea el '5' de River en la B y una de los pilares que devuelvan al Monumental a su lugar histórico.

Aún falta la anuencia del Zaragoza, pero Agapito Iglesias, como ya hiciera con Gabi, está dispuesto a ceder en la medida de lo posible a los deseos de uno de los futbolistas que más han entregado personal y deportivamente en los últimos años por la supervivencia del Zaragoza en Primera.

El club adeuda a Ponzio parte de la ficha de la temporada pasada (456.653,40 euros), lo que puede resultar decisivo en la negociación de su salida. River tiene el cinturón bien apretado, pero también es uno de los acreedores del Real Zaragoza (750.000 euros). ¿Se podría condonar esa deuda a cambio de la libertad de Ponzio, al que sólo le resta un año de contrato?

Las negociaciones se enfocan ahora en ese sentido, puesto que esas cantidades forman parte del concurso y, teóricamente, no se pueden renegociar al margen del acuerdo global con todos los acreedores. La solución espera forma, pero Ponzio ya va preparando otra mudanza, de nuevo hacia el Monumental.

Leo Franco y Doblas no moverán un dedo para encontrar equipo

Hasta el fichaje de Roberto, la continuidad de Doblas no generaba ninguna duda, mientras que Leo Franco, debido a razones económicas, sí valoraba la posibilidad de salir. Así, fue tanteado por varios equipos, especialmente por Boca Juniors, PSG y Ajax, pero ahora esas vías están cerradas. Si apareciera alguna buena opción, ambos porteros estarían abiertos a escuchar y negociar, pero sus agentes no moverán un dedo para hallarles un destino.