Mundial Sub-20 | MALÍ 0 - COREA 2
Corea derrotó 2-0 a Malí, en un partido pasado por agua
Corea ha levantado hoy los brazos en señal de triunfo después de que su disciplinado y compacto equipo derrotase por 2-0 al favorito Malí, en el primer partido del Grupo A.
El torrencial aguacero que cayó sobre Bogotá ha ocasionado que el partido se retrasara una hora, lo que dio fuerza y alas a los coreanos para enfrentarse a los malauíes, que se presentaban superiores en talla y en técnica.
El primer latigazo de los coreanos se produjo a los 50 minutos, cuando Kyung Jung capitalizó un saque lateral de su compañero Chang Woo. La pelota circuló ante varios jugadores, pero Kyung Jung, como cazador que acecha a la presa, se hizo con el balón para derrotar la resistencia de Cheick Sy.
La ventaja definitiva y tal vez el gol que puede significar el avance a la segunda ronda del equipo asiático, la proporcionó un penalti convertido por Hyun Soo, que engañó al arquero de Malí a los 80 minutos de encuentro.
Tras el partido, lo único que preocupaba a los coreanos es la evolución de Do Yeon, quien salió lesionado del partido y tuvo que ser llevado a una clínica cercana para efectuarle una revisión.
Los dos goles de los Guerreros Taeguk, lideran, al menos de momento, el Grupo A, pues con su triunfo obtienen los tres primeros puntos en esta liguilla de la que también forman parte Colombia, el anfitrión, y Francia, que también libraban posteriormente su propio duelo en "El Campín".
El marcador pudo ser mayor porque hubo otros remates peligrosos que pudieron alterar el sorprendente resultado.
Los organizadores de Malí no encontraron su juego y no pudieron contrarrestar los ataques coreanos a pesar de disponer de grandes jugadores como Kalifa Coulibaly.
Tampoco pudieron hacer mucho Traore, Diallo, Toure ni Sylla. Al final, el público aplaudió la entrega de los asiáticos, a quienes les reconocieron que sin tener una pureza técnica como la suramericana, e incluso la de algunos equipos africanos, tuvo el orden, el arrojo y la claridad mental para superar no solo a Malí, sino la altitud de Bogotá