Jaime Jiménez
"Hago estadísticas de lanzadores de penaltis"
Se define como un meta completo y seguro que transmite confianza. Está llamado a proteger la portería del Zorrilla y destaca por sus aciertos en los penaltis. Tiene un truco: una gran base de datos de Primera y Segunda.
Está hecho todo un parapenaltis. El lunes otros dos en Tordesillas.
Son cosas del fútbol. Son acciones difíciles de detener, pero por suerte en las últimas ocasiones he podido hacerlo y estoy muy contento.
Ya destacó la pasada temporada en esta faceta con el Elche.
A lo largo de mi etapa en Segunda B sí que detuve un número elevado de penaltis y en Segunda, sobre todo en la fase de ascenso, también. Siempre se me ha dado bien, pero es muy complicado y difícil. Las estadísticas dicen que el ejecutor es el que tiene un alto porcentaje de acierto.
¿Tiene algún truco?
A parte de la agilidad, la suerte y la intuición, cuenta también el estudio estadístico. Hago una base de datos de lanzadores de Primera y Segunda, aunque hay veces que las estadísticas no aciertan, como en la final ante el Granada, porque el lanzador siempre los tiraba a la izquierda, y en el primer penalti lo hizo a la derecha. Entonces me fié de mi intuición.
¿Por qué decidió hacer una base de datos?
El fútbol va encaminado a estudiar mucho al rival, tanto en las jugadas a balón parado como en la estrategia. Desde hace años me elaboro en mi casa una base de datos porque normalmente los jugadores que ejecutan la estrategia suelen ser los mismos. No es una fórmula infalible, pero te ayuda. También he tenido acceso a base de datos privadas, como la de Marcos Abad, preparador de porteros del Elche.
Su entrenador, Miroslav Djukic, tuvo un trauma por un penalti hace años...
Vi aquel partido. El míster ha sido un crack a nivel mundial. Tuve la oportunidad de hacer una pretemporada con él, cuando estaba en el Valencia y yo en el filial. Se lesionó Bartual y me llamaron.
¿Se atrevería a pararle un penalti ahora a Djukic o se lo dejaría meter?
(Risas) Seguramente me metería más. Ha sido un jugador consagrado, que se cuida y es un portento físico; y quien tuvo, retuvo.
Mirando a sus inicios, ¿por qué se hizo portero?
Mi padre fue portero y yo lo veía actuar; me ponía detrás de la portería y me tiraba como él. Tuve la suerte de que me enseñara los trucos de la profesión porque en mi tierra había pocas oportunidades. De ahí fui a la Selección Sub 18 y pude dar el salto al Valencia y hacerme profesional.
Se definió una vez como un cabezota que no quería salir del Elche sin ser titular. ¿Cómo quiere salir del Valladolid?
No quiero salir sin haber ayudado al club. Siempre he sido un profesional y no quiero que nadie me juzgue como lo contrario. Ahora defiendo los intereses de este club y voy a morir por ayudar al Valladolid. Lo doy todo por el equipo que ficho y voy a ayudarlo en lo máximo que pueda.
Va a cumplir 31 años, ¿está en su mejor momento?
Estoy en un momento importante; tengo un buen estado físico y mental. Creo que el portero desde los 30 y hasta los 40 tiene su mejor nivel porque acumula una gran experiencia. Las últimas temporadas he estado sensacional.
¿Qué referentes tuvo en sus inicios en el fútbol?
Me gustaban mucho Buyo y Zubizarreta. También Unzué y Abel Resino porque eran los porteros que estaban de moda. Luego, ha habido otros que me han gustado como Molina o Cañizares, aunque nunca me ha fijado específicamente en uno, porque me quedaba con la agilidad de Buyo, el manejo de pie de Unzué, el coraje que le ponía Abel Resino... He tenido diferentes gustos.