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Copa América 2011 | Uruguay 3 - Paraguay 0

Uruguay, campeón de hoy y de siempre

La Copa América 2011 fue conquistada por un Uruguay que despide honestidad futbolística en defensa, compromiso en la medular y talento en la delantera. Cuartos en el pasado Mundial de Sudáfrica, el grupo de Tabárez corona un ciclo exitoso en una final que no vio peligrar en ningún momento ante un Paraguay mojigato.

<b>CAMPEONES. </b>La plantilla de Uruguay celebra la consecución de la Copa América después del partido, con el capitán Lugano sujetando el trofeo.
CAMPEONES. La plantilla de Uruguay celebra la consecución de la Copa América después del partido, con el capitán Lugano sujetando el trofeo.reportaje gráfico: agencias

Salir a no perder ante un tipo que lleva la palabra 'ganar' tatuada en el corazón es un suicidio. Paraguay lo hizo y fue triturado. Por los goles de Forlán y Suárez, y por el instinto de Arévalo Ríos y Pérez. Káiser y Ruso, pulmón y corazón charrúa. Uruguay se coronó en Monumental como la selección más laureada de Sudamérica con 15 títulos de Copa América.

Martino desconfía de su gente. El once titular paraguayo confirmó las sospechas. En el primer balón al área Cuates remató y Ortigoza evitó el gol con un clamoroso penalti que tuvo que ser expulsión. El árbitro lo obvió y todo continuó igual.

Uruguay, que desplegó su fútbol directo e incisivo, obtuvo premio a los 12 minutos. El clarividente Luis Suárez recortó y sacó un disparo tenso con la izquierda que besó el palo antes de entrar. ¿Cómo resetearía Martino a Paraguay? Uruguay, más por instinto que por estrategia, menguó a cancha propia para obligar a pensar a un rival acostumbrado a correr.

Y en esas estaban cuando Ortigoza recibió un balón de espaldas que Arévalo Ríos le madrugó y sirvió a Forlán. Cacha se sacudió los fantasmas con un zurdazo que enterró a Paraguay. Ganaba quien lo merecía, lo pretendía y ha convertido en oficio el triunfo: Uruguay.

La segunda parte plasmó la superioridad charrúa. Un equipo con una filosofía de juego centenaria. Luis Suárez, con su talento y su instinto de supervivencia, regaló a Forlán el tercer gol. Justo premio a quien sacrifica su ego goleador en este grupo. Sus defensas jerarquizan el oficio, sus laterales no regatean esfuerzos y su portero presume de sobriedad, en tiempos de metas exhibicionistas. No embelesa Uruguay, no eligió ese camino. Practica la honestidad futbolística. Engrandece el sentido grupal del fútbol en plena era de excelencias individuales.

La Copa América 2011, la de Messi y Neymar, finalizó coronada por Uruguay, primera persona del plural. 15 títulos le contemplan. Un equipo monumental. Una hinchada que anima al grito de "¡Volveremos, volveremos...!". En realidad, Uruguay nunca se fue. Ayer Diego Forlán ganó la Copa América. Como su padre, como su abuelo. Una estirpe de campeones. La de la República Oriental del Uruguay...