El hijo pródigo

Carlos Kameni vuelve a ser perico a todos los efectos, sin más límite temporal que el que marca su contrato: el 30 de junio de 2013. Tal como estipuló el Espanyol, el guardameta tuvo que incorporarse ayer a la concentración, en Peralada, y podría no tratarse de un paso fugaz. Según las informaciones que llegan desde Italia, su traspaso a la Roma se puede complicar.

La jornada del retorno del rey león (aunque no tan indomable como se podía temer) arrancó temprano. A las 9:00, llegó puntual a la Clínica Creu Blanca, para pasar la obligatoria revisión médica junto al médico del filial, Miguel Ángel García. A pesar de que aplazaron las pruebas biomecánicas que la mayoría de la plantilla hizo en el CAR el camerunés permaneció en el centro tres horas y media. El motivo es que coincidió con los jugadores del Badalona, que habían pedido cita antes y por eso tenían prioridad en la visita médica. Tras la revisión, Kameni fue hasta Cornellà-El Prat, donde dejó su automóvil y a las 13:00 se subió al de Willy Calzón, empleado del club, que le llevó hasta Peralada; les acompañaba el coordinador del fútbol base, Luis Fradua. Poco después de las 15:00, llegaron al hotel de concentración.

Sonriente. Si en la Creu Blanca su gesto había sido serio, en el hall del hotel esbozó una sonrisa y se abrazó a diversos miembros del staff perico. Fue a la habitación que ya comparte con Víctor Álvarez, a merendar y a las 18:00 arrancó su primer entrenamiento específico, como hará hasta ponerse al nivel de sus compañeros, si se queda. Hizo carrera continua por los campos de golf junto a Jaume Bartrés.

Aunque la situación puede volver a variar, Kameni estaba anoche más lejos de la Roma. El club italiano tenía a Maarten Stekelenburg (Ajax) como prioridad e incluso Stefano Sorrentino, meta del Chievo, se habría convertido en la segunda opción. El culebrón sigue...