Copa América | Brasil - Paraguay
El objetivo es cazar a Ganso
Paraguay prioriza la tarea de neutralización del 10 brasileño. Menezes, con todo arriba
Como jugador, el seleccionador paraguayo Tata Martino era perezoso, alérgico a correr. Como Ganso. Quizás por ello está obsesionado con neutralizarle. En el empate previo, los goles brasileños nacieron en dos jugadas que se afilaron con un sutil toque del 10. Un servicio al borde al área para Jadson y otro a Fred al corazón de la defensa guaraní.
En Brasil, jugadas puntuales aparte, como el gol de Pato a centro de André Santos, todos los caminos pasan por Ganso. Y Martino, centrocampista aristocrático de los leprosos de Ñuls en los 80, ha preparado una trampa para cazar a Ganso. Ortigoza, argentino al que Maradona convocó y nunca debutó con la albiceleste, tratará de aislar, junto a Riveros, al 10 rival. Ayudarán los belicosos Barrios y Valdez, quienes trabarán la salida del balón. Si desactivan a Ganso, o le alejan del área, el partido se teñirá de rojiblanco.
Sin embargo, el duelo del partido lo escenificarán Maicon y Estigarribia. El interista suma otro recurso al catálogo abriendo una autopista en la derecha, donde exhibe una superioridad obscena. Ante Ecuador llegó seis veces a la línea de fondo, alguna antes que los delanteros al área. Pero con Estigarribia, al que la Juventus tiene apalabrado, no podrá darse tantas alegrías porque el guaraní rentabiliza la espalda de los laterales como nadie. El damnificado Alves es el mejor ejemplo de ello.
Menezes ha advertido a sus jugadores que "restan tres partidos", para luego encomendarse al Corcovado. Martino, más impío, arenga con mensajes pragmáticos. Analizado el partido disputado en el Cementario de los Elefantes, la conclusión es clara: si cazamos a Ganso, Brasil saldrá en desbandada.