COPA AMÉRICA | BRASIL 0 - PARAGUAY 0
Justo Villar y los penaltis despiden a Brasil
Paraguay llega a semifinales después de empatar sus cuatro partidos y de superar a Brasil en los penaltis. Fallaron los cuatro brasileños que lanzaron. Magnífico partido del portero Villar.
La Copa América malvive entre breves ráfagas de inspiración y horas de enorme sopor. La esperanza para que todo cambiara era Brasil, más por su historia y el talento que reunía en ataque que por sus prestaciones durante el torneo. Y nadie parecía más dispuesto a dibujar una sonrisa a este campeonato que Neymar, futbolista de talento extraordinario, pero al que, como le ha sucedido a su selección, le costó dar continuidad a su juego. Todo ha desaparecido. Cualquier ilusión por disfrutar del fútbol se desvaneció cuando el balón comenzó a rodar. Brasil apenas dejó unos minutos de cierta altura futbolística, insuficientes para superar el orden paraguayo y a un inspirado Justo Villar, que completó su excelente encuentro deteniendo un lanzamiento en la tanda de penaltis. Paraguay avanza a semifinales y la decepcionante Brasil viaja para casa.
Brasil es una selección partida en dos, dividida entre los que tratan de crear, con más intención que resultados, y los que se preocupan por defender. Esa desconexión entre los atacantes y lo que debería ser la zona de creación que forman Leiva y Ramires, que no es más que un profundo pozo por el que se pierde casi todo el fútbol brasileño, provoca que los goles en Brasil sean más un accidente provocado por la calidad de Ganso, Robinho, Neymar o Pato que una consecuencia del juego del equipo.
Esos cuatro hombres viven desconectados del resto del conjunto y para un combinado con el orden y la disciplina táctica de Paraguay, desactivar las maniobras ofensivas de Brasil no entrañó excesiva dificultad. Los brasileños cayeron atrapados en esa tupida red que formaron las dos líneas de cuatro que dispuso Paraguay en defensa y en la media. Sin la ayuda de los discretos Ramires y Leiva, capaces de estropear en ataque todo lo que barren en defensa, sólo la inspiración de Neymar y las incorporaciones de Maicon por la derecha parecían argumentos válidos para rescatar a Brasil de su anodina existencia.
La intensidad de Vera, Cáceres y Riveros silenció cualquier intento brasileño de alzar la voz. Y cuando superaron la rocosa línea media paraguaya se encontraron con el inspiradísimo Justo Villar, que se lució con no menos de cuatro intervenciones espectaculares. Especialmente brillantes fueron sus paradas a un remate de Lucio en la primera parte y a dos disparos de Ganso y de Pato en la segunda.
Este Brasil está lejos de su historia, pero también de las expectativas que generó antes de iniciarse el torneo. Apenas fue capaz de parecerse a esa selección alegre y atrevida que se esperaba. Sólo en los minutos iniciales ofreció una figura reconocible. Pero aun así, mereció solucionarlo todo antes de llegar a los penaltis, porque fue la única selección que propuso algo, que pensó en crear más que en destruir.
Paraguay se refugió en su campo, sin más preocupación que cerrar espacios y convertir cualquier avance brasileño en una carrera de obstáculos. Se olvidó del ataque sin el menor disimulo y dejó las aventuras en campo rival para mejor ocasión. Lo sufrió Brasil y lo padecieron Barrios y Valdez, que dejaron todas sus energías en presionar la salida del balón. Sólo en una ocasión fue capaz de conectar el desaparecido Estigarribia con Valdez. Suficiente para construir la mejor oportunidad de Paraguay. Fue en la prórroga y hubiera supuesto la sentencia.
Para entonces ya habían desaparecido del juego y del partido Neymar y Ganso, sustituidos por Fred y Lucas. La imagen de Brasil no mejoró con los cambios y su ambición ofensiva terminó de desaparecer cuando Menezes retiró a Pato para reforzar el centro del campo con Elano. Todos parecieron asumir sin disimulo que la solución debía llegar en los penaltis, en los que ya no estuvieron los expulsados Leiva y Alcaraz.
Los once metros retrataron a Elano, Thiago Silva, André Santos y Fred, los cuatro brasileños que lanzaron y fallaron, y terminaron de elevar a la condición de héroe a Justo Villar, que detuvo el disparo de Thiago Silva. Los otros tres los lanzaron fuera. Y fuera de la Copa América está ya Brasil.