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Copa América 2011 Argentina 1 - Uruguay 1

Maracanazo en Santa Fe

La tanda de penaltis impulsó a Uruguay a las semifinales del torneo, donde Fernando Muslera detuvo el penalti de Carlos Tevez, tras un duelo de emoción.

Maracanazo en Santa Fe

Argentina quedó fuera. Messi jugó contra el mundo. Contra los uruguayos, contra la impericia táctica de Batista y contra el fallo de Tévez, el ídolo del pueblo, el hombre que le roba los aplausos. Los penaltis sentenciaron un fiasco anunciado por el juego albiceleste. Uruguay celebró el 61º aniversario del Maracanazo con otra gesta en casa del enemigo íntimo, Argentina.

De salida, Uruguay y Argentina demostraron ser gigantes con pies de barro. Sus defensas, con serios problemas estructurales, se parten por el eje. A los cinco minutos, Ruso Pérez remachó a la red un remate de Cáceres. A los 18, Higuaín empató cabeceando a la espalda de los centrales un pase milimétrico de Messi. Repitieron Pipa y Cáceres, en fuera de juego. Y Lugano se topó con el larguero. Un rosario de despropósitos defensivos que Uruguay convirtió en su leiv motif ofensivo. Defensivamente, Tabárez colapsó la medular con Pérez, expulsado en el 38, y Arévalo Ríos rondando a Messi. Lograda la disfunción, la albiceleste se aferró al primer paso de Agüero y al descaro de Di María. Logrando superioridad numérica, no táctica dada la impericia estratégica de Batista. El primer asalto concluyó áspero, uruguayo.

Con Gago fuera de cobertura y las laterales esterilizados, Batista se limitó a frotar la lámpara de Messi. Suplió la chistera del Kun por el populismo de Tévez mientras Uruguay racaneaba, desde la inferioridad, hasta que la expulsión tardía de Mascherano igualó el asunto. En la prórroga, el palo y Muslera salvaron el empate. Y llegaron los penaltis, suerte agónica en la que el masoquismo charrúa chapotea. Falló Tévez, Argentina murió. Dirán que la mató Uruguay, pero el arma se le entregó Batista, quien acabó hundiendo el Titanic.