Copa América | Brasil 2 - Paraguay 2
Fred rescata a un gris Neymar
El empate en el 89' del ariete alivió a una Brasil que se adelantó en la primera parte. Paraguay fue mejor en la segunda mitad. Exquisito Ganso
Brasil acudió a su perfil más épico e histriónico para rescatar un partido que perdía fruto de su indolencia ofensiva y sus groseras lagunas defensivas. Cuando Fred anotó el gol, el partido caminaba por el precipicio para la canarinha. Una jugada definió el partido. Un lance que retrató la actitud vital de dos escuelas futbolísticas. El marcador señalaba un comprometedor empate cuando un pase del deliciosamente intermitente Ganso situó a Neymar ante Justo Villar. Al delantero del Santos le pasaron tantas cosas por la cabeza en esa centésima de segundo que dio a tiempo a Villar a taparle. En la jugada siguiente, Dani Alves escoltaba plácidamente un pelotazo hasta la línea de fondo cuando un rival le arrebató la bola, sirviéndola a Valdez, quien remachó a la red fruto de la suerte y de un rebote al que acudió con un hambre que contrasta con la indolencia de Neymar.
Antes, Brasil había tomado ventaja con un gol descatalogado en el libro de estilo de Robinho. Quizás por eso Menezes sacrificó sus virguerías en favor de la solvencia de Jadson. Ramires, jugándose la espinilla, recuperó un balón que llegó a Ganso, quien de primeras, como siempre, sirvió al balcón del área, donde el centrocampista armó un disparo áspero, atornillado a la cepa del palo. Corría el minuto 38 cuando el volante del Shakhtar justificaba su aparición y adelantaba a Brasil. El partido discurría según lo previsto. La canarinha gestionó un partido claustrofóbico porque Paraguay asfixiaba a la vulgar medular brasileña, en la que se alinean Ramires y Leiva, dos futbolistas para cumplir un solo rol, el de Busquets. Algo que se asemeja con la esterilidad del trivote albiceleste.
Mano milagrosa. En Brasil, Ganso frotaba la lámpara y Neymar y Pato recorrían animosamente su frente de ataque esperando un regalo que llegó en el minuto 19, cuando alumbraron una jugada maravillosa. Lucio tocó, Ganso prolongó y Jadson habilitó a Pato, todo de primeras. El delantero cargó a la derecha y pareció superar a un vencido Justo Villar, que sacó una mano milagrosa para evitar el gol. Jugada que retrata a un Brasil tan exuberante como estéril. En una tarde difícil para los pianistas, Ortigoza y Riveros ganaban la batalla a Lucas Leiva y Ramires.
Ofensivamente Paraguay, con su fútbol solidario y coherente, cargó por la izquierda, donde Estigarribia ofreció un curso de verticalidad. Extremo de buen pie y descaro, el de Newell's retrató a un embarullado Dani Alves. En el arranque de la segunda mitad, Estigarribia encontró una vía de agua en la izquierda, desbordó, recorrió veinte metros y sirvió un pase al centro del área brasileña, donde Santa Cruz apareció para 'vacunar' a Julio César. El gol desnudaba a la zaga de Brasil, poco trabajada. Minutos después ocurría la jugada que contrastaba la desidia de Neymar y la ambición de Valdez. Entonces Menezes tocó a rebato. Su angustiada selección, que anda desorientada en plena búsqueda de su identidad futbolística, se abrazó a la épica y encontró el empate gracias a otra sutilidad de Ganso, que habilitó a Fred, quien suplió a Neymar. El delantero disparó instintivamente a portería rescatando un empate para un Brasil acongojado.