COPA AMÉRICA | BRASIL 0 - VENEZUELA 0
Brasil y Neymar decepcionan
Discretísima presentación de Brasil, que tuvo un inicio ilusionante y terminó sometido por el buen planteamiento defensivo de Venezuela. Pato fue el mejor y Neymar apenas apareció.
Apareció Brasil en la Copa América, pero apenas logró mostrar todo su poderío. Sólo 30 minutos de ilusión y una hora de desconcierto. En el escaparate puso a algunos de los futbolistas con más calidad del torneo, pero sólo Pato y en menor medida Alves estuvieron a la altura del reto. En ello tuvo tanto que ver la actitud de los brasileños, que se fueron desconectando del partido, como el excelente manejo que hizo Venezuela de sus recursos defensivos. Le arrebató con toda justicia un punto a una decepcionante selección brasileña.
Quienes esperaban el partido para tener argumentos con los que juzgar a Neymar apenas encontraron motivos para justificar su exagerada cotización. Neymar sólo necesitó tres minutos para dejar su primer detalle, un pase de clase a Pato, que terminó por robarle el protagonismo hasta acabar convertido en el mejor jugador del encuentro. Poco más ofreció el delantero pretendido por el Real Madrid y que en nada se pareció a ese futbolista descarado, imaginativo y virtuoso que se puede ver con el Santos. Sería de una osadía tremenda juzgarlo solo por lo que hizo esta vez. O por lo que no hizo y todos esperaban.
El inicio de Brasil fue esperanzador, de lo mejor que se ha visto en esta Copa América que todavía está naciendo, pero no logró dar continuidad a sus buenas intenciones. Se fue distrayendo hasta terminar demasiado confuso y disperso, incapaz de descifrar el buen entramado defensivo de Venezuela, una selección que desde la organización y el orden táctico acabó amargando la vida a su rival. Lucena, Rincón, González y Arango formaron un centro del campo que entorpeció muchísimo el juego de Brasil hasta acabar casi por desactivarlo. Cuanto más se enredó el juego, más añoró Brasil tener un mediocentro creativo. Lucas Leiva y Ramires apenas aportaron nada. Demasiadas veces se equivocó Ramires, quien no asume que por el hecho de ser brasileño no debes creerte un virtuoso con el balón en los pies.
De inicio, Brasil llevó la presión muy arriba, se adueñó del balón, lo acarició y lo movió de un lado a otro con criterio y paciencia hasta encontrar un espacio, el momento de hacer daño. Nunca un pelotazo mal dado y sin sentido. El balón al suelo y todos a jugarlo y a tratarlo con respeto. Así fue en la primera media hora, en la que Brasil exhibió parte de su poderío. Muy poco para lo que se espera de esta selección. A Pato lo escoltaron Robinho, en la derecha, y Neymar, en la izquierda, y por detrás de todos ellos Ganso, un mediapunta con un talento enorme. Un futbolista excepcional, aunque esta vez no tuviera su mejor día.
A este rombo se le sumó Dani Alves, que convirtió su banda en el pasillo de su casa. Se movió por allí con gran inteligencia, como si fuera un extremo más que un lateral. Leiva y Lucio le cubrieron las espaldas. En sus pies nació la mejor ocasión de Brasil en toda la primera parte. Fue cerca de la media hora y la carrera de Alves por la derecha la terminó Pato con un disparo al larguero.
Pero a esas alturas, Brasil ya comenzaba a diluirse, a buscar los pases largos de Thiago Silva más que el juego de toque y combinación. Robinho desapareció, de Ganso no hubo noticias, Neymar se mostró cada vez menos y sólo Pato mostró algo de interés.
No volvió a avisar Brasil hasta diez minutos después. Fue en un rápido contragolpe dirigido por Neymar, que combinó con Robinho para que el disparo de éste fuera despejado por Vizcarrondo con el pecho y casi tumbado en el suelo. No fue mano, aunque lo pareció en una primera visión.
El paso por los vestuarios, lejos de espabilar a Brasil acabó por adormecerlo del todo y fue Venezuela quien acabó por crecerse hasta mostrar que no sólo era capaz de vivir de su defensa. Rondón y Miku comenzaron a mostrarse y Arango empezó a activar la conexión con los dos atacantes.
Se inquietó Brasil y Mano Menezes probó a variar el rumbo táctico del choque. Retiró al desafortunado Robinho y dio entrada a Fred, que se situó más cerca de Pato para dejar toda la banda derecha a Alves. Faltaban 25 minutos para el cierre y el juego de Brasil, en vez de ganar en ritmo, intensidad e imaginación se hizo más espeso. La siguiente ocurrencia de Menezes fue sustituir a su mejor jugador, Pato, por Lucas y a Ramires por Elano.
La marcha de Pato terminó de alegrar la noche a Venezuela, que se acercó al gol y dejó que se terminaron de consumir los minutos con una placidez y un dominio de la situación sorprendentes.