El organigrama deportivo cobra fuerza en campaña

El socio del Athletic está expectante. Conoce buena parte de las propuestas que manejan los dos candidatos a la presidencia, pero todavía no tiene la constancia oficial de los nombres que se encargarán de llevar a buen puerto la planificación anunciada, tanto en el primer equipo como en la cantera. Por mucho que alguno de los candidatos se empeñe en que "no son elecciones a entrenador", la parcela deportiva en un club deportivo siempre tiene un predicamento especial.

El análisis de la situación es sencillo: Urrutia no ha dado ninguna pista de quién será su entrenador, pero está más que relacionado con el argentino Marcelo Bielsa. El candidato dice que no está para desmentir ni afirmar vinculaciones cada vez que se asocian entrenadores a su candidatura, pero siempre ha respirado tranquilo ante las preguntas de Bielsa.

Enfrente, García Macua tiene el entramado más complicado. Arrancó la campaña asociado a Caparrós, con el que tenía apalabrada la continuidad siempre que ganase las elecciones, pero la fuerza de su rival en la recogida de avales y el posible hartazgo que podía generar el de Utrera en varios socios le ha llevado a peinar el mercado extranjero. Quiere aprovechar la designación del entrenador para recortar la diferencia que parece llevarle Urrutia.

Los fichajes. En una campaña de estas características siempre hay que guardar un resquicio para que a la par que un entrenador nuevo llegue algún fichaje. En las pasadas elecciones García Macua anunció varias contrataciones y trabajó hasta última hora por alguna más. En esta ocasión se da por hecho que repetirá aunque Juan Antonio Zarate, uno de sus grandes colaboradores, haya quitado relevancia a ese tipo de fichajes. Hasta casi el punto de desacreditarlos.