Unos 3.500 aficionados aclamaron al Alcoyano

Cerca de 3.500 aficionados aclamaron a los jugadores del Alcoyano en la fiesta del ascenso que se celebró hoy en la Plaza de España de Alcoy ante una gran multitud de seguidores, que vibraron con su equipo después de 42 años sin estar en la Segunda División.

Casi una hora antes del inicio de los actos se podía transitar con bastante dificultad por las calles más céntricas de la población por la gran concentración de gente que quería celebrar un hecho histórico en la historia del club fraguado el domingo en el Ángel Carro de Lugo, tras imponerse al cuadro gallego por 0-1.

Los festejos comenzaron a mediodía con la recepción en la sede central del principal patrocinador del Alcoyano. A continuación toda la plantilla, cuerpo técnico, directiva y autoridades se fueron a almorzar a uno de los restaurantes más conocidos de la población.

La fiesta se prolongó hasta mediada la tarde cuando los jugadores fueron a visitar la iglesia de San Mauro para depositar un ramo de flores a la Virgen de los Lirios, patrona de la ciudad. A medida que la tarde avanzaba el calor de la fiesta era más intenso, que tuvo uno de sus puntos culminantes en el recorrido que se organizó por la popular ''volta als ponts'' en un autobús descapotable.

Muchos fueron los aficionados que acompañaron al equipo por su ruta por las principales calles de la población. El recorrido acabó en la Plaza de España, delante del Ayuntamiento de Alcoy, donde, acompañados de las autoridades locales, subieron hasta el salón de plenos. Tras firmar en el libro de oro de la ciudad y recibir el presidente de la entidad, Juan Serrano, de manos del alcalde Toni Francés una placa conmemorativa del ascenso.

Después todos los jugadores bajaron a una escenario que se había montado a pie de calle donde los futbolistas del Alcoyano fueron aclamados por una afición entusiasmada con el ascenso conseguido. Fue el meta Fran Dorronsoro, quien en labores de Reina tras conquistar la Copa del Mundo del año pasado, quien se encargó de presentar uno por uno a todo los componentes del equipo de una manera muy original, acabando así la fiesta con la noche ya encima.