"Su concentración la sacó de mí. Yo jugué a la petanca"

No parecen caber más elogios para el próximo central del Real Madrid, Raphaël Varane. Su extraordinaria progresión no ha pasado inadvertida para nadie y mucho menos para su familia, un padre vigilante procedente de Martinica y una madre profesora de inglés.

"Tiene una gran capacidad de concentración. Creo que eso lo ha sacado de mí porque yo he jugado a la petanca durante 30 años", dice Gastón, su padre. "Hasta que tuvo 19 años yo me decía que tenía potencial. Nunca antes había hecho musculación y era bastante frágil hasta los dieciséis o diecisiete años. Sería presuntuoso decir que yo me esperara un crecimiento tan rápido", añade el progenitor.

No se queda atrás Éric Chelle, defensa de 33 años, el primero verle jugar como central a su lado el 7 de noviembre de 2010 contra el Montpellier (2-0 para el Lens). "Tiene el perfil de los centrales modernos. Es alto (1,91), fuerte (85 kilos), tiene buen juego de cabeza, va rápido y es muy técnico. Con su serenidad y madurez se diría que juega en la Ligue 1 desde hace diez años", apunta.

Sin miedo a un grande

Chelle fue también el encargado de dar un pequeño discurso el pasado mes de mayo, cuando Varane obtuvo un premio en la escuela de formación del Lens. "Tuve la oportunidad de estar a tu lado en tu primer partido y estoy orgulloso de ello. Es algo que le podré contar a mis nietos y aprovecho ahora para pedirte una camiseta...".

Ya en aquel acto, Varane se mostraba confiado en su futuro. "¿Irme a un gran club?", se preguntaba a finales de mayo. "Eso no me da miedo. Puede ser interesante para mi progresión, pero también puede ser peligroso si no consigo adaptarme. Yo puedo esperar algunos meses más para esforzarme y entrenarme antes de tener tiempo de juego". Ahora tiene la oportunidad de demostrarlo.