Elche o Granada cruzan hoy las puertas del cielo

Un equipo en Primera pone a una ciudad en el mapa. Por eso, esta noche, en dos horas, Elche o Granada completarán un trabajo que ocuparía varias legislaturas a una concejalía de turismo. Lo saben los ciudadanos y lo saben las autoridades, que ayer empujaron en favor de la causa. La alcaldesa de Elche pidió civismo y soporte emocional para el equipo. Andalucía mandará al palco a su secretario general del Deporte.

En el día D, Elche y Granada ofrecen el empate perfecto: a 240.000 habitantes por ciudad, a cero en el marcador, a entusiasmo y a urgencias históricas. El Granada se fue a Segunda en 1976, con Miguel Muñoz en el banquillo y Grande, Megido o Dueñas en el campo. En traducción demográfica, uno de cada cuatro granadinos no ha visto al equipo en Primera.

El Elche descendió por última vez en 1989, con Liceranzu, Sixto, Claudio o Pedro Pablo. El año pasado pudo regresar y murió en la orilla. Fue valiente Bordalás, recibido de uñas por su pasado en el Hércules, y sólo mantuvo a ocho futbolistas. Con fichajes de perfil bajo llegó hasta aquí. Hoy también será atrevido. Jugará con Kike Mateo.

Fabri, profesor de Táctica, ha dirigido a 24 equipos en su carrera y sólo tres partidos en Primera, al Logroñés 94-95. "Soy de esos curas que dan misa en aldeas", recuerda con humor gallego. Hoy está a las puertas del cielo. Pinta que repetirá equipo, aunque le tienta poner a Geijo, recientemente operado en un hombro. Quizá pesen más sus 24 goles que la precaución. Ayer se confesó molesto por la euforia ilicitana. En Elche, en cambio, enfurece lo que se percibe como simpatía nacional hacia el Granada.

La cita tiene personajes con historia. Dani Benítez, que busca inspiración en el cementerio. Su madre, fallecida, le prometió "estar en el palco con una pamela el día que jugara en Primera". Allí la espera hoy. A Ángel no le renovaron en el Tenerife y ha marcado 15 goles con el Elche mientras contemplaba el cataclismo de sus ex. Jaime es héroe por accidente gracias a la venta de Caballero en el mercado invernal.

Se llenará el Martínez Valero (36.000 hinchas) y el partido se servirá en caliente. Es de alto riesgo y doscientos agentes velarán por una fiesta en paz. Porque fiesta habrá. Y llanto.