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Liga BBVA | Tenerife

Se cumplen dos años del ascenso en Montilivi

En apenas 24 meses ha pasado de Primera a Segunda B

Alejandro Skale
<b>GRATOS RECUERDOS. </b>Nadie podía pensar hace dos años que el Tenerife estaría hoy en Segunda B.

El 13 de junio de 2009 es una fecha señalada en el calendario del aficionado blanquiazul. Esa tarde, el Tenerife derrotaba por 0-1 al Girona y lograba ascender a Primera División después de muchas temporadas de intentarlo sin éxito. Hoy, cuando el conjunto insular se encuentra inmerso en el infierno de la Segunda B, se cumplen dos años de haber tocado el cielo con las manos. Paradojas del fútbol.

El gol de Kome en Montilivi fue la culminación de una campaña brillante y que ese día guarda tres nombres propios e inolvidables: el Hotel Carlemany, que fue donde se hospedó toda la delegación blanquiazul; Montilivi, que fue el campo en el que se disputó el choque y el del autor del tanto del éxtasis, de la locura y del ascenso.

Desde José Luis Oltra, pasando por Nino, Alejandro Alfaro, Pablo Sicilia, Bertrán e incluso Cristo Martín quien jugó algunos partidos al inicio de la campaña, ese Tenerife que jugaba bonito y era letal, se convirtió en leyenda de un club que acaba de escribir su peor capítulo, sólo dos años después de aquella increíble gesta. Un par de descensos consecutivos lo han cambiado todo, hasta el punto de que la profunda transformación que se producirá en el representativo apenas dejará supervivientes de aquel envite.

El ahorro pasa hoy factura

Existe unanimidad para definir los errores que han conducido al Tenerife desde Primera a Segunda B en un tiempo récord. Pocos casos se conocen de equipos que hayan protagonizado tremenda caída, aunque no es el cuadro blanquiazul el primero en firmar tal descalabro. Las causas del problema hay que buscarlas en la obsesión por el ahorro del Consejo de Administración de Miguel Concepción, que negó a Oltra los fichajes que demandó para tener un Tenerife competitivo. Luego, perseveró en el error y tampoco permitió apuntar al equipo en invierno. Según dijo, por recomendación de Santiago Llorente. Todo lo que no se invirtió en Primera sí que se gastó en Segunda. Pero las consecuencias fueron justamente las contrarias a las deseadas. Y el Tenerife volvió a caer... al infierno.