Iraola y Orbaiz firmarán una vida como leones

El Athletic es una caja de sorpresas. De lo contrario es difícil de explicar que el club espere a las 21 horas del 1 de junio para anunciar las renovaciones de Andoni Iraola (2014) y Pablo Orbaiz (2013). Los dos acaban contrato al finalizar la próxima temporada y según la nota oficial, "los acuerdos fueron ratificados por la Junta Directiva el pasado día 25 de mayo, y respectivamente rubricados los pasados 26 y 27 del mismo mes".

Es decir, entonces todavía bajo el mandato de la actual junta, que desde el domingo es Junta Gestora. García Macua pudo sacarse las fotos como presidente, que es lo que hizo, y utilizarlas a su antojo. Casualmente, el día que el club anunció la renovación de dos de sus mejores futbolistas coincidió con la firma del nuevo contrato de televisión, este cifrado ya con García Macua como presidente de la Junta Gestora.

La puesta en circulación de las renovaciones coincide en el tiempo con el día en que Josu Urrutia había elegido para dar a conocer su sede electoral. Teniendo en cuenta que estaba firmado con tiempo, se puede dar por seguro que existió contraprogramación.

De siempre. Iraola y Orbaiz, aunque este debutó como profesional en Osasuna, tendrán la oportunidad de cerrar una carrera con extraordinarios números en el Athletic, que será siempre su club de cabecera. El lateral, ahora de nuevo en los planes de Del Bosque para la Selección y por tanto un futbolista muy apetecible para los mejores equipos de la Liga y el continente, no ha cumplido todavía los 29 años de edad y ya va camino de los 350 partidos con la camiseta rojiblanca.

La negociación para su continuidad ha sido larga, pero AS ya avanzó que las dos partes habían establecido las bases de una continuidad que sólo estaba pendiente de la firma. La misma se hizo a la vuelta del partido que Euskadi jugó contra Estonia.

Orbaiz, que lleva once años en la primera plantilla, habría superado hace tiempo la barrera de los 350 partidos de no haber sufrido dos graves lesiones de rodilla. El navarro, de 32 años, es un ejemplo de superación y un futbolista con ascendente en el vestuario.

Esta temporada, Caparrós le ha utilizado en 26 partidos de Liga, su segunda mejor marca con el de Utrera después de los 30 que jugó el segundo año del entrenador andaluz como rojiblanco.