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Barcelona 3 - Manchester 1 | Objetivo indiscreto

Y Piqué se vistió de novia en Wembley...

Eso pareció envuelto en la red

Y Piqué se vistió de novia en Wembley...

Lo dijo Javier Hoyos en Carrusel Deportivo y hay que admitir que lo clavó: "Piqué se ha vestido de novia". Y eso parecía realmente: una novia con traje de diseño, blanco desflecado, encaje de bramante y tul de Wembley. Disfrazado de esa guisa, llegamos a pensar que el buen Gerard se acercaría a la cámara más cercana y pediría en matrimonio a la bella cantante, adornada ella con una improvisada corbata de calcetín. No se alarmen: así son los jóvenes y a estas cosas les gusta jugar.

No ocurrió, o mejor será decir que no se vio. Piqué cruzó el campo como un pez que se hubiera rebelado a su destino de besugo y la siguiente duda es dónde colocará la pareja la red histórica, si en el salón, a modo de restaurante marinero, o tal vez en el dormitorio principal, como un dosel vanguardista bajo el que cantar nuevos goles y próximas hazañas.

El gesto sorprendió a no pocos observadores, incluido el encargado de la utilería de Wembley. Piqué se había encaramado a la portería para rebanar meticulosamente la red, tal y como hacen los universitarios de Estados Unidos en los torneos de baloncesto. De allí procede la costumbre que ha calado entre los aficionados al corte y confección, y que ahora ha hecho fortuna en el fútbol, para pánico de los postes y el larguero, que ya se imaginan como posavasos.

Ritual. La tradición aconseja repartir la red triunfal entre los compañeros del equipo, por riguroso orden de antigüedad, y entregar el último pedazo al entrenador. Nada se apunta, sin embargo, sobre el destino decorativo de las redecillas, que nunca alcanzan mayor dignidad que reposar sobre un sofá o servir de mantel al juego de porcelana chino.

Algún día nos contará Piqué qué hizo con la red dichosa (tanta dicha provocó). Algún día sabremos cómo pasó la noche la malla nupcial, si durmió olvidada en un triste maletero londinense, o si participó del jolgorio sobeteada por los campeones, apretujada en sus carnes y en otras. Llegará el momento en que sepamos si la red se quedó olvidada en alguna discoteca o si recuperó su uso en alguna portería, inglesa o catalana, vaya usted a saber. Eso sí: quien ate esa red a otros postes debe saber que ese telón agujereado es mágico, porque recogió la cuarta Champions del Barça y vistió de novia a Piqué.