Ricardo interferiría en la vuelta de André Castro

El fichaje del centrocampista Ricardo, pendiente de que el jugador se desvincule del Tenerife, puede provocar que la cesión del portugués André Castro quede en suspenso. El regreso del futbolista luso está supeditado a que no tenga sitio en el Oporto. Sólo en ese caso aceptaría salir a otro club, con el Sporting como principal preferencia.

El centro del campo es la línea con mayor número de efectivos, para la que Preciado cuenta con Eguren, Rivera y Nacho Cases, a la que se incorpora Sergio Álvarez, tras concluir su etapa en el filial. Con la previsible llegada de Ricardo, el regreso de André Castro queda pendiente de análisis. El jugador portugués acepta una cesión para jugar, pero el alto número de jugadores para dos puestos provoca que haya dificultades para tener un sitio en el equipo.

Sólo en el caso de que Preciado utilice un trivote, habría más opciones de jugar en el centro del campo. En la segunda vuelta de la Liga recién finalizada, el técnico cántabro se decantó por Rivera, como pivote principal, con André Castro y Nacho Cases por delante, lo que coincidió con la mejor fase de los rojiblancos. El Sporting tiene un principio de acuerdo para la continuidad de André Castro, que no se resolverá hasta dentro de unas tres semanas, ya que debe contar con el visto bueno del técnico del Oporto. En ese aspecto no debe haber ningún problema, pero el centrocampista luso deberá tener ciertas garantías para tener participación en el juego.

La operación de Ricardo está encauzada, con un principio de acuerdo con el jugador, pendiente de que rescinda su contrato con el Tenerife. En el caso de que el club isleño fuerce la situación, para intentar cobrar alguna cantidad, el Sporting está en disposición de cancelar el acuerdo. Parece probable que la resolución del futuro de Ricardo en el Tenerife se demore hasta después del fin de la competición liguera en Segunda.

Manuel Vega-Arango ofreció un cargo a Sastre a su retirada

Manuel Vega-Arango, presidente del Sporting de Gijón, ofreció a Sastre un puesto en el club, para cuando decidiera dejar el fútbol. En principio, la idea del mallorquín es seguir en activo, ya que a sus 35 años está en forma para seguir una campaña más en el fútbol profesional, aunque supedita su continuidad a las propuestas que le puedan llegar. El balear tiene su residencia oficial en Benisalem, pero tiene previsto mantener su domicilio en Gijón.