ATLÉTICO 2 - HÉRCULES 1 | LIGA BBVA
Quique se despide dejando al Atlético en Europa
Gran partido de José Antonio Reyes. Todo el fútbol pasó por sus pies y marcó el tanto de la victoria. Domínguez adelantó al Atlético nada más empezar y Trezeguet empató tras el descanso.
Día triste para algunos rojiblancos pero emocionante para todos. Se despidió Quique Sánchez Flores, ovacionado por toda la grada tras el encuentro, y se pudo dar por despedido a Forlán. Pero la afición del Atlético de Madrid, más allá de todo lo acontecido en estas últimas semanas, debe agarrarse a los resultados, a lo que manda en el fútbol. Y los números dicen que el Atlético volverá a estar en competición europea el año que viene. Ocupa el séptimo lugar pero el empate del Athletic le acercan a ese sexto puesto que te evita a jugar la maldita previa de la Europa League. La certificación europea llegó gracias a una inspirada tarde de Reyes en un partido donde el Atlético de Madrid apenas tuvo que apretar el acelerador para sobrepasar a un Hércules abatido todavía por el fiasco del descenso.
Mientras el Atlético se resquebrajaba por aspectos extradeportivos, los rojiblancos tenían una oportunidad de oro para apuntalar el objetivo europeo e incluso tomar posiciones para saltar el séptimo puesto. Jugar eliminatorias en julio, disputándose una Copa de América, hace que la última posición de Europa League levante algún que otro suspiro. Era la última alineación de Quique en el Calderón y para no salirse del guión la cargó de novedades. Ni Forlán ni Costa: el socio del Kun fue Reyes. Además llenó el once de canteranos (cinco) y de españoles (ocho). En parte porque la zaga atlética estaba minada de bajas (Ujfalusi, Perea y Godín) y el todavía entrenador rojiblanco se tuvo que romper la cabeza para recomponer esa línea. Paradójicamente uno de los de atrás fue el que aclaró el panorama del Calderón nada más empezar. Al minuto de juego Domínguez se aprovechó de un lanzamiento lejano de Mario Suárez para entrar como una flecha desde atrás ante la pasividad defensiva del Hércules.
Pomada indicada para enarbolar los ánimos rojiblancos, exaltados por la verborrea de la semana, y obviamente para confirmar la participación del Atlético en la próxima gira europea.
El Atlético no despegaba el pie del acelerador y la primera parte transcurría sin sobresaltos. Dominaba a su antojo y apedreaba la puerta rival con contragolpes abanderados por Reyes. A Quique se le podrá echar en cara algunas decisiones pero es para enmarcar el trabajo realizado con el utrerano al que algunos veían defenestrado antes de su llegada. Reyes es verticalidad pura y sus compañeros la saborearon durante el primer tiempo pero sin la efectividad suficiente para ampliar el luminoso.
Según pasaban los minutos, el Hércules fue comiendo metros a su rival sin disponer de ocasiones claras sobre la meta de De Gea. El Atlético no rechistaba ante la iniciativa alicantina porque hasta ese momento no parecía intimidatoria. Durante esa fase de complacencia mutua apareció otro capítulo del 'Iturralde Show' pitando una pena máxima por agarrón de Pulido. No es que se inventara el penalti, porque hay agarrón, pero si se pitan todas esas acciones podríamos ver cinco penas máximas por encuentro.
Se encargó de tirarlo Trezeguet pero De Gea emergió otra vez más para ganarse la (¿última?) ovación de la grada. La parada del madrileño tuvo efecto rebote. La grada se volvió a enchufar y el Atlético recogió el guante. Pudo llegar el segundo antes del descanso si Koke y el Kun Agüero se hubieran aprovechado las 'delicatessem' de Reyes, que sin duda fue el mejor del primer acto. Hasta el descanso, el Atlético solo tenía en mente la meta contraria pero la falta de puntería y la cruceta torpedearon las intenciones.
Reyes sella la clasificación a Europa
Los papeles se intercambiaron en el segundo acto. El Hércules dio un paso al frente para tomar la iniciativa del juego y el Atlético no puso trabas. Cierto es que los rojiblancos parecían volar a otra altura cuando imprimían velocidad, pero el marcador no invitaba a esos lujos porque los alicantinos se envalentonaban por momentos. En estos casos el mejor baremo es la grada y éstos ya fruncían las cejas. Finalmente se consumó el presagio y el Hércules logró el empate tras un saque de esquina que peinó Juanra y lo aprovechó Trezeguet. No estaba el horno para bollos en el Vicente Calderón. Era el último encuentro como local, era día de despedidas y encima la racha de resultados no era la mejor (dos derrotas consecutivas). Así que había que taponar cuanto antes los agujeros y reflotar el barco. El encargado de emerger la nave no pudo ser otro que José Antonio Reyes. No habían transcurrido ni cinco minutos cuando el utrerano se aprovechó de un rechace de Velthuizen para empalar y poner paz en la ribera del río Manzanares. Con el marcador a su favor el Atlético tomó de nuevo la posesión del balón e incluso pudo aumentar la ventaja pero la falta de puntería lo impidió. Victoria trascendental para los intereses del Atlético de Madrid que el año que viene volverá a jugar en Europa.