La angustia del descenso se alarga hasta el sábado

Fue una noche de transistores, televisión, Internet e incluso de mensajes a móviles. Todo el tinerfeñismo estuvo muy pendiente de El Helmántico donde el Salamanca se enfrentaba al Celta.

Una victoria de los charros hubiese significado el descenso del Tenerife al pozo de la Segunda B. Sin embargo, el equipo de Baltra no sumó los tres puntos y por eso, los de David Amaral estiraron su agonía hasta el sábado.

La derrota ante el Real Betis había dejado al equipo pendiente de un hilo, pero éste aún no se rompió porque los salmantinos no aprovecharon el tropiezo del Nàstic y también alargaron su propio sufrimiento. Así las cosas y tras la disputa de esta jornada, el Tenerife está a 11 puntos de la salvación cuando restan aún 12 por jugarse. Un milagro evitaría que los insulares no acompañen al Albacete y Ponferradina, descendidos el miércoles.

De todas maneras, la realidad del equipo la reflejó muy bien Iriome quien se mostraba abatido por la situación tras la derrota en Sevilla. "Es una agonía muy grande", reconoció el de Icod de Los Vinos. "Parece que las cosas arrancan y luego te llevas un nuevo palo, estar así es muy difícil".

Admite que la situación es muy complicada, "pero tenemos que seguir y de nada nos vale bajar los brazos. Se han hecho muchas cosas mal y nosotros tenemos la culpa de que el equipo esté donde está", reflexionó el futbolista.

Dos días quedan -al menos- para que el Tenerife continúe en Segunda División. El sábado toca ganarle al Valladolid y esperar otros resultados. Una vez más, habrá que estar pendiente de la radio, televisión o Internet.