Liga BBVA | Almería - Villarreal
Un punto para Olabe y Champions para Garrido
Almería y Villarreal empatan en un partido casi de trámite
Al Almería no le quedan por delante retos deportivos. Tampoco ilusiones. Así que se agarra a su corazón para atrincherarse sobre la hierba y competir. El equipo de Olabe hace gala, al mismo tiempo, de una encomiable dignidad y de la candidez que le ha condenado a Segunda. Anoche, con el descenso golpeando sin descanso su autoestima y el desconsuelo apoderándose de las gradas del Mediterráneo, se presentó en el césped con los deberes bien hechos. La ausencia de extremos puros en el Villarreal propició el cambio de dibujo de Olabe. El técnico colocó tres centrales y dio pista libre a Michel y Luna para buscar las cosquillas por los costados al Submarino. Un plan parecido a algunos que empleó Lillo en su día. Y que le valió a los rojiblancos para mantener el tipo y sumar el primer punto bajo la batuta del sucesor de Oltra.
Al Villarreal le duraron las intenciones sólo 20 minutos, en los que pudo ganar el partido. La fragilidad defensiva del Almería es digna de estudio. Pero Esteban había salido a jugar con el traje salvador de Diego Alves, ganó dos mano a mano a Nilmar y repelió un duro disparo de Borja Valero. El asturiano frenó con sus paradas las ansias de un Villarreal que llega a este tramo final con la reserva encendida y que bajó sus revoluciones a la mitad demasiado pronto. Un punto daba certeza matemática a su billete de Champions. Y no están las fuerzas como para hacer excesos gratuitos.
El Almería superó su crisis inicial, se vio en el partido y quiso hacer jugar a Diego López. Para ello tiró de la poca fe que puede permitirse un equipo que se supo descendido hace ya demasiado. Luna puso los arrestos y convirtió la banda izquierda en la lanzadera rojiblanca. Pero le faltó compañía. Ulloa lleva meses negado. Piatti se sabe pronto lejos de Almería y ha sido engullido por la desilusión. Tuvo el premio Carlos García, pero donde no llegaba Diego López lo hizo el larguero, que escupió su remate. El rechace le cayó a Marcelo Silva, que hizo constar que no le pagan para marcar goles. Así murió el partido, en la portería amarilla y con ausencia de sobresaltos. Este pescado llevaba semanas vendido. Unos irán a la Champions. Otros, al infierno.
El detalle: Olabe dirigió con el móvil
El técnico rojiblanco, Roberto Olabe, tuvo que ver el partido en un palco VIP por su expulsión en Getafe. El preparador vasco mantuvo contacto permanente vía teléfono móvil con su segundo, Mikel Antia.