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Liga BBVA | Espanyol 2 - Valencia 2

A tres puntos sobre el cielo

El Valencia se avanzó dos veces. Osvaldo y Galán igualaron. El Espanyol depende de sí mismo para ir a Europa: ¡cayó el Sevilla! Los che, más terceros.

<b>ESQUIZOFRENIA. </b>Osvaldo se lamenta por un 2-2 que acabó siendo del todo positivo para los pericos.
ESQUIZOFRENIA. Osvaldo se lamenta por un 2-2 que acabó siendo del todo positivo para los pericos.

No fue anoche la primera vez que el Valencia vestía de naranja, a diferencia de un Athletic que hace diez días aprovechó su visita a Cornellà-El Prat para estrenar equipación. Los che llevan años luciendo a domicilio el color de su fruto más emblemático. Lo que no sabíamos es cuán premonitorio iba a resultar el color de esa zamarra. El 2-2 dejaba los semáforos de Espanyol y Valencia en naranja, o en ámbar si lo prefieren los puristas. Para los che era más simple: el Villarreal también había empatado una hora antes, de modo que los de Emery sabían que su distancia se amplía a cinco puntos y sólo una debacle les impedirá acabar terceros esta Liga. Los pericos, sin embargo, tuvieron que recurrir a transistores o al boca-oreja. Acababa el partido en Cornellà y el Sevilla, rival directo por Europa (se miden en la última jornada) ganaba 0-2 en el Reyno de Navarra. Pero Osasuna volteó el marcador (2-3) y lo que parecía un semáforo naranja tirando a rojo de repente rayaba el verde en la medianoche futbolística. Conclusión para el Espanyol: Europa queda a sólo tres puntos y, lo que es mejor, depende de sí mismo para clasificarse. Tan sencillo (sobre la calculadora) como ganar los dos partidos que restan.

El Espanyol abandonó Cornellà-El Prat disgustado, con la sensación de que mereció la victoria y con la creencia de que Europa era ya un sueño imposible... Incrédulo aún de que su partido se jugaba también en el Reyno y éste salió mejor que el propio. De todos modos, el Valencia también debió de pensar que, en caso de haberlo necesitado, podría haberse ido con los tres puntos: mostró las garras justo cuando era menester y luego se limitó a aguardar atrás, a buscar un eventual contragolpe que liquidase el partido; y todo, sin dar por malo ese empate que efectivamente le resultaba más que suficiente. El empate, más allá de la mordiente del Espanyol, se puede explicar en dos causas. Por un lado, un garrafal error defensivo de los pericos, el mismo mal que acabó con el triunfo del Barcelona en el derbi de sólo tres días atrás: no se puede exigir más a Raúl Rodríguez, un central que cumplía su séptimo partido en Primera. Por otro, la estrategia de un Valencia que buscó hasta la saciedad pases horizontales desde la línea de fondo (los llamados pases de la muerte) hasta que uno de ellos encontró a Mata.

Inicio y final. Para el espectador sediento de fútbol, lo más suculento fue tanto el arranque como el último cuarto de hora, tramos en los que se vislumbró intensidad, alternativas y hasta un ápice de locura de esa que detestan los entrenadores. Pero, curiosamente, los goles comenzaron a caer cuando las cosas empezaban a calmarse.

El 0-1 fue inexplicable. Javi López retrasa para Raúl Rodríguez, quien completamente solo pierde el control del esférico. Soldado, que le merodea, no pierde ocasión para batir a Kameni: obvio viniendo de alguien que suma 17 goles en esta Liga. El otro pichichi del partido, Osvaldo, sólo necesitó otros nueve minutos para igualar: Luis García bota rápidamente una falta sirviendo un pase vertical al ítalo-argentino, quien rompe la espalda de Navarro y Dealbert y les dribla sin titubeos para establecer el 1-1. Su décimosegundo tanto.

Poco duró la alegría blanquiazul, presagio de una noche esquizofrénica. Otros seis minutos precisó Mata para embocar a gol una asistencia precisa de Bruno desde la diestra. Parte del mérito fue también de Soldado, quien esperó a que el lateral le doblase para dejarle el camino franco. Y Mata se reivindicó tras aquel polémico tanto de la ida en fuera de juego.

Si el Valencia fue decidido en la primera mitad, después se limitó a obstruir el juego ajeno, quizá sabedor ya del empate del Villarreal. Y el Espanyol se lanzó a por un empate que encontró en el 75', cuando Galán aprovechó con maestría el rechace de César a un tiro de Luis García. Tiraron los pericos de épica de ahí al final pero sin pegada, a diferencia de un Valencia que tuvo el tercero en Miguel. El 2-2, a la postre, satisface a todos.

El detalle. 'La jornada de tu vida' dio 60.000 euros

En el descanso se procedió a una nueva edición de La Jornada de tu Vida, organizado por BBVA. Uno de los participantes, Roberto Baleiro (Lugo) marcó desde el centro del campo, por lo que se llevó el bote de 60.000 euros. La de ayer era la segunda vez que esta iniciativa pisaba Cornellà-El Prat, pues también lo hizo el 1 de mayo de 2010, curiosamente en el Espanyol-Valencia de la pasada campaña.