Liga BBVA | Almería - Villarreal
Por orgullo, por dignidad y por el Mediterráneo
El Almería quiere compensar a su afición con un triunfo.
Orgullo. Ese es el único asidero que le queda al Almería para no dejar caer los brazos antes de hora. Castigado por las circunstancias, algún que otro arbitraje calamitoso y una amplia cadena de errores desde los despachos hasta el césped, el Almería cerró su ciclo de oro en Getafe. Ahora se agarra a su dignidad y a su gente para bajar de categoría con la cabeza lo más erguida posible. Esta temporada ha acumulado un saldo de deudas considerable con su afición. Y ahí encuentra su principal aliciente para esta noche. Al Mediterráneo le quedan 180 minutos de Primera. Tiene en el bolsillo, desde hace semanas, su localidad reservada en el infierno. Pero quiere dejar el salón de la gloria con una sonrisa. La de Piatti, que a buen seguro dirá adiós el próximo 30 de junio en busca de retos mayores (Atlético y Málaga andan al acecho). El Duende liderará el desigual pulso ante Rossi, Nilmar y compañía.
El Villarreal tiene motivaciones mucho más allá del orgullo. Viaja sin presión porque su expediente, con la semifinal europea y la cuarta plaza casi garantizada, está cubierto. Pero una victoria le asegura la cuarta plaza, la tercera anda a tiro de cinco puntos y hay un mundo entre jugar o no la eliminatoria previa de Champions.
El Almería sólo puede maquillar su mayúsculo suspenso. Y compensar un poquito a su sufrida afición. A ello tratará de contribuir Kalu Uche, que repite como nueve. El déficit de puntos también se explica en la ausencia de goles del nigeriano. El borrón del descenso lo mancha todo. Pero los 9.000 fieles que nunca saltaron del barco rojiblanco merecen un guiño. Por orgullo.