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mallorca 0 - villarreal 0 | liga bbva

El Mallorca perdona la victoria ante un rival agotado

En el primer partido de la Liga disputado en horario matinal, el equipo de Laudrup mereció el triunfo ante un Villarreal que pagó el esfuerzo realizado frente al Oporto. Nsue dirigió la ofensiva local pero Webó no acertó de cara al gol. El Submarino gozó de buenas oportunidades a la contra. El punto acerca al Mallorca a la salvación y el Villarreal prácticamente asegura a la Champions.

Manuel Abdón Salinero

Si había que probar un nuevo horario para el mercado futbolístico, que mejor escenario que Mallorca. En una jornada prácticamente veraniega en la isla, más propicia para lucir bañador que para sacar la bufanda, ver un partido de Primera en horario de misa era uno de los alicientes del cartel; el otro, las ganas de revancha de los de Laudrup ante el rival que el pasado verano les dejó sin plaza en la Europa League.

El tercer foco apuntaba al Submarino y su capacidad para superar la eliminación europea. Con el Athletic acechando la zona Champions, el Villarreal ha vuelto a demostrar que su fútbol de toque es innegociable, ni tan siquiera cuando se ve agotado, superado por un rival que le roba el balón y le castiga hasta el mayor de los sufrimientos como hoy ha hecho el Mallorca.

Puede que el exceso de sol y ese especial brillo que irradia a media mañana afectara a los primeros minutos de partido, donde ninguno de los equipos acababa de imponer su dominio. Los de Garrido lo intentaban como en ellos es habitual, circulando la pelota a ras de césped e intentando triangular, aunque demasiado empeñados en entrar por el centro de la zaga balear. Lejos de atrincherarse, Laudrup ordenó ataque y este llegó por las bandas, generando un par de ocasiones que alertaron a Diego López.

Con el Mallorca dominando la zona caliente, ahí donde se cuece el fútbol, el Villarreal respondió como los grandes y pudo inaugurar el marcador con una contra rapidísima que Rossi culminó con un potente remate al palo izquierdo de Lux.

Pese al respeto que infunden las apariciones del gran delantero italiano, el Mallorca no se amilanó y siguió a lo suyo, controlando el juego en el centro y forzando ataques por banda izquierda, explotando las combinaciones entre Ayoze, De Guzmán y Pereira, y con Nsue como director de orquesta.

El buen hacer de los pupilos de Laudrup moría en la frontal del área por su falta de ideas en los metros finales, lo que daba aire a un Villarreal cada vez más espeso y entregado descaradamente a la velocidad de Rossi.

Este Villarreal es un equipo de porte, y además de serlo también lo parece, cuestión importante como ya demostrara la mujer del César. Cuando no tiene el día, cuando escasean las ideas y el equipo está torpe y lento, basta una combinación para sembrar el pánico en la defensa rival. Hasta el minuto 34 no botó su primer córner, pero en apenas ocho minutos encadenó cuatro y un par de acciones serias, con Nilmar, Borja Valero y Rossi como protagonistas y a las que sólo les faltó precisión en el remate.

El Mallorca no daba crédito. Sin saber cómo, había pasado de dominar a dominado, de atacante a replegado, y la respuesta vestía de amarillo. Aún así, los de Laudrup tuvieron carácter para buscar en su fondo de armario y encontrar las mínimas energías para sacudirse el agobio, lo que les permitió concluir el primer acto trasladando el peligro al área de Diego.

En el área del Villarreal se reanudó el choque, ahora mucho más animado. El Mallorca volvió al tajó fiel al guión, de nuevo con Nsue y De Guzmán al mando de las operaciones, y manteniendo el peligro por banda, ahora por la derecha. En el asedio Webó no supo orientar un cabezazo cuando ya había superado por alto a toda la defensa amarilla, y cinco minutos después fue Diego López el que evitó el gol. Completamente libre de marca, y con la zaga del Villarreal reclamando fuera de juego, Webó conectó un buen cabezazo que el meta rechazó a bocajarro. La ocasión, inmejorable, partió otra vez desde la potable banda derecha, donde Nsue, colosal en la entrega y autor de un despliegue ofensivo brillante, se sacó un centro extraordinario que mereció el premio.

En este periodo de acoso sin derribo y con el Villarreal pidiendo árnica, la única respuesta visitante fue un disparo envenenado de Nilmar a la base del poste, acción fugaz que permitió el lucimiento de Germán Lux. El conjunto de Garrido ofrecía claras muestras de agotamiento, físico y mental, el esfuerzo ante el Oporto les había dejado en la reserva y el técnico optó por dar tregua a Cazorla, relevado por Cani, pero el panorama no cambió.

El fútbol continuaba siendo patrimonio local, y sin el balón en su poder el Villarreal sufre como pocos; y lo hizo, abocado a un repliegue doloroso al que los amarillos ni quieren ni saben jugar. Borja reclamaba la pelota, pero le duraba poco y las combinaciones apenas aguantaban dos pases seguidos ante la presión incansable, y tácticamente perfecta, pergeñada por Laudrup.

En ese momento Garrido decidió que también era suficiente para Rossi, muerto físicamente y deambulando por el césped. Su salida del tablero relajó a la defensa del Mallorca, que perdió la referencia del italiano y a punto estuvo de pagarlo de no ser por un Lux que se lució de nuevo, ante Nilmar; sólo ante el peligro, el brasileño apostó por la potencia en lugar de colocarla y Lux atajó el obús contra su pecho.

A cinco del final, Nsue dejó el puesto a Castro entre el merecido aplauso de la grada. Con el cambio Laudrup no renunciaba al triunfo y apuró sus opciones hasta el final, pero el marcador, caprichoso durante toda la mañana, no cedió y dejó en tablas un duelo que el Mallorca ganó a los puntos pero del que sólo se llevó uno, aunque ese punto puede suponerle la salvación.

El Villarreal, extenuado por el esfuerzo europeo, sufrió como pocas veces pero sale de Mallorca con un botín que prácticamente la asegura su presencia en la Liga de Campeones la próxima temporada.

Pese al empate, el público que hoy cambió la playa por el fútbol en este horario de Segunda para un partido de Primera, pudo irse satisfecho con el partido visto en la isla.