Mourinho rechazó el palco y siguió el Clásico en su hotel

Mourinho decidió quedarse en el Hotel Rey Juan Carlos y ver el partido desde la sala de vídeos donde por la mañana había tenido la charla táctica. El técnico prefirió verlo en la intimidad al no poder moverse ni comunicarse por los vestuarios y pasillos por la prohibición de la UEFA al estar sancionado.

No es la primera vez que lo hace. En el Chelsea, en un partido de Champions ante el Bayern, también estaba sancionado y lo vio desde un hotel al lado de Stamford Brigde. Salió camuflado antes del descanso, logró entrar en el estadio en un carrito de ropa sucia y dio directrices a su equipo. Anoche nadie le vio por el Camp Nou.

Durante el día de ayer se especuló dónde lo vería. El lunes a las seis de la tarde se celebró una reunión. El Barça le ofreció el palco, pero a Mourinho no le gustó esa opción. Verlo en un palco privado le costaría al club 20.000 euros y además el club azulgrana le dijo que estaban todas las entradas vendidas. Incluso se habló de que podía verlo con la afición del Madrid en la zona del gol sur en la tercera gradería.

Al final, Mourinho lo siguió desde el hotel y se comunicó con su ayudante Rui Faria y con Chendo, el delegado, a través del teléfono móvil, y con el preparador de porteros, Silvino Louro, que recibió órdenes en un Ipad en el banquillo.