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El carrusel | La Liga al microscopio

Baptista y su música ponen ritmo al Málaga

Madrid y Barça se dejaron ir al mismo tiempo, casi de la mano, para aplazar el desenlace de la Liga para jornadas venideras. Fallaron los blancos en su casa, faltos de intensidad, e hicieron lo propio los culés en Anoeta sin la motivación ni el fondo físico necesarios al final. La historia no está ahí; el interés aparece ahora por la zona baja.

Baptista y su música ponen ritmo al Málaga
mariano pozo

Loa al sufridor padre del futuro futbolista

Las madres celebraron ayer su día. Felicidades. Viene bien para enlazarlo con la historia de Nacho, el canterano que otra vez fue titular con el Madrid. Sus padres han tenido con él y su hermano Álex -que también debutó con los de Mou este año- una pasión casi exclusiva por el fútbol. Desde hace años, Chema y Mayte les han llevado y traído a diario desde Alcalá de Henares y han pasado con ellos largas horas, primero viendo entrenarse al uno, luego al otro. Mientras, su otra hija, también Mayte, hacía los deberes en la cafetería de Valdebebas. Esa ilusión compartida, esos madrugones en fin de semana, esos gastos sin retorno, a veces tienen sentido. Y el de Nacho es un ejemplo.

Álvaro: el emblema del pueblo pequeño

Ayer debutó con el Racing el defensa Álvaro González. Lo hizo a un buen nivel, además. El cántabro, natural de Potes, cumplió el sueño de jugar en El Sardinero con el equipo de la tierruca. Eso ya es mucho para quien durante estos años fue referencia en su pequeño pueblo de 1.511 habitantes. Muchos niños que nacen en lo más profundo de las provincias se convierten en el emblema de sus paisanos cuando les ficha el equipo de la capital, como ocurrió hace unos años con Álvaro. Su progresión ha sido seguida desde entonces por alcalde y cura, por familiares y amigos, por boticario y cartero. Y es que nunca antes hubo en Primera alguien de allí. Desde ayer sí.

Ifrán: volver a percibir el olvidado y particular olor a césped

La Real hizo la machada al ser el segundo equipo en esta Liga que derrota al Barça. Para ello fue fundamental la entrada del uruguayo Ifrán. El delantero esperaba este momento con ahínco. Un año atrás, cuando brillaba en Danubio, sufrió una grave lesión de rodilla en un entrenamiento que pareció truncar una progresión prometedora. No pensó igual la Real, que confió en su recuperación y obtuvo el 50% de su pase pese al riesgo que conllevaba. Cuentan que la revisión médica previa fue más minuciosa que nunca. En San Sebastián prosiguió con su recuperación hasta debutar hace unas semanas. Un año de calvario en el que cada vez que podía bajaba al césped antes de los partidos para percibir y recordar su peculiar olor. Sólo ese olor, seguramente, le ha mantenido como futbolista.

El camino paralelo de Messi y Agüero

Agüero tiró del Atlético en A Coruña como lleva tiempo haciendo. Así, con su gol en Riazor se metió entre los diez máximos goleadores atléticos de siempre, lo que le convierte en historia viva de una entidad excelsa en cuanto a nombres propios. Un trozo andante del museo, vaya. Tiene ciertos rasgos su carrera a la de Messi. Y me explico. El Kun llegó a España siendo un adolescente, no tan niño como el culé, pero desde entonces también rompe tantos récords y barreras como atrás va dejando a mitos del pasado. Además, su detonación final ha coincidido con el momento en el que Quique ha optado por él como líder del grupo en detrimento de un peso pesado como Forlán, algo similar a lo que hizo Guardiola nada más llegar con Messi sobre Ronaldinho y Etoo. Dejar tu rumbo en manos de estos jóvenes genios sólo se puede traducir en éxitos, como los que vive el Atlético en este final de curso. El mérito es saber cuándo dotarles del protagonismo que precisan. El Kun lo pedía a gritos. Y ya es del todo suyo.

Un director deportivo también mira debajo

Cuando Osasuna vendió en enero a Juanfran al Atlético no peinó después el extranjero para buscarle un sustituto. Tampoco quiso rascarse el bolsillo contratando a un futbolista de Primera. Su objetivo estaba claro, aunque permanecía lejos de los focos. Álvaro Cejudo, extremo que jugaba en Segunda con Las Palmas, fue el elegido por Martín González. Y con acierto. Su rendimiento en Pamplona está dando la razón al director deportivo rojillo. Canterano del Betis, del que salió para proseguir su carrera en el Ceuta y luego en Las Palmas, lleva ya nueve partidos seguidos brillando como titular. Ayer incluso marcó. Y es que parece evidente: un buen trabajo del secretario técnico no sólo consiste en mirar lo de arriba, sino en vigilar también lo de abajo. Quedan Cejudos ahí.

Pactos no escritos en el mundo del fútbol

Levante y Sporting empataron entre palmas de unos y otros. Llegados a este punto de la Liga, arriesgarse a perder ante un rival directo es un trance innecesario. Es mucho más rentable plegar velas por parte de ambos bandos y esperar pacientes a que el árbitro pite el final. No siempre estas conjuras están premeditas, sino que surgen con sólo una mirada, un gesto, un detalle. Es más, su ilegalidad es difícil de demostrar. Siempre ha ocurrido. Desde el famoso Hércules-Burgos del "Tongo, tongo" al "Que se besen, que se besen" del Mundial 82 entre Alemania Federal y Austria. Sucedió más recientemente en un Las Palmas-Rayo y ocurrirá de nuevo en el futuro. Es la ética del deportista contra el porvenir de su negocio. Y tal y como está la cosa...

El personaje: Baptista

Brasil es el país de la música, de la samba a la bossa-nova, del choro al tropicalismo. Sus gentes tienen ritmo. Por eso son tan alegres. Cantan bien y bailan mejor. Sobre este escenario también debe haber grandes músicos y esa es la esencia que corre por la venas del malaguista Baptista. Gran aficionado a la guitarra española, el ukelele y hasta el piano, el brasileño ha dotado al Málaga del ritmo que necesitaba con sus actuaciones desde que llegara en el mercado de invierno. Tanto es así, que suma ya siete goles en apenas tres meses, pues se pasó uno lesionado. Cinco de ellos han llegado en las tres últimas jornadas, en las que ha orientado a la hasta ahora desafinada comparsa de Pellegrini. El mercado de invierno suele ser como un tiro en el pie, pero siempre deja algún nombre destacable. Esta vez ese honor pertenece a La Bestia, injusto apelativo si se atiende a la dulce melodía con la que el Málaga ya triunfa en torno a él.