Liga BBVA | Racing - Mallorca
Por la salud y para Alí
Metas: salvarse y recordar que el equipo sí cumple
Mientras la Semana Santa es historia para casi todos, el Racing continúa viviendo más días de pasión. Un vía crucis que conviene repasar para entender en qué situación llega el equipo a esta final ante el Mallorca y para intuir el grado de excitación que habrá en la grada en general y en el palco en particular.
Por un lado, el negativo, Cantabria entera ha visto cómo Alí (¿Babá?) acumula más impagos que inversiones. Un mal que no sólo crea desconfianza sino que distrae a la plantilla más de la cuenta. Ésta vez su deuda atropella al Gobierno regional y a Jacobo Montalvo, el antiguo dueño, por lo que la respuesta del Ejecutivo no se ha hecho esperar. Primero echando balones fuera y luego amenazando con hacer valer un aval esta semana. Menos mal que una buena noticia ha maquillado la depresión. Y es que Marcelino guiñó un ojo en la SER a Pernía asegurando que si le ofrecen un proyecto serio de futuro, que no faraónico, renovará encantado.
Los onces.
Estas historias condicionan el encuentro y arrojan una moraleja: si el Racing tropieza y no asegura su salvación, esta semana, con el Hércules en el horizonte, el Cantábrico vivirá sus particulares Fallas. De ahí que una victoria sea urgente para el club y necesaria para los corazones.
Para intentarlo, Marcelino ha castigado a los que no muerden (Francis, Adrián y Bolado, fuera) y alineará a la novena línea defensiva diferente en lo que va de Liga con una misión: no rendir otro homenaje al día de la madre. Pinillos entrará por Francis y Álvaro, casi seguro, u Osmar sustituirán a Torrejón en el centro de la defensa. Kennedy hará de tripas corazón y olvidará sus dolores en el tendón de Aquiles para echar la mano que niega Alí. Y arriba, para hoy y para el resto, Rosenberg junto a Gio.
El técnico del Racing no se fía del Mallorca, teóricamente salvado. Su portero es un seguro, su defensa una muralla, de Guzman el motor que todo equipo necesita y, tanto el Chori como Webó, dos incordios en el área. Sin embargo, lo que más gusta de este equipo a Marcelino es la rapidez con la que se ha levantado de la lona. El Mallorca, como ahora el Racing, vivió capítulos oscuros en los despachos y, además, vio cómo sus joyas se vendieron. Pero todo pasa. Por eso ahora da envidia verle tan feliz.