Champions sufridora

Para Málaga y Hércules esto es mucho más que una Champions. Menos glamorosa y mediática, pero más dramática, más sufrida. Una moneda al aire. Quien saque cruz se va al hoyo.

La tranquilidad que transmite el Málaga tras haber ganado dos partidos consecutivos y salido del descenso, tres meses después contrasta con la marejada derivada hacia mar gruesa del océano alicantino. Fiel a la línea marcada en una temporada demasiado extraña con excedente extradeportivo, el Hércules ha vuelto a vivir una semana convulsa antes de jugarse la vida en Málaga. Empezó con Drenthe, que se saltó un entrenamiento sin tener permiso del club, y terminó con una reunión en el vestuario por los impagos. Para colmo, Drenthe y Trezeguet, los teóricos galácticos del Hércules, se borraron ayer, alegando molestias. ¡Qué contraste con la lección de profesionalidad que dio Julio Baptista quien pidió jugar cuanto antes nada más recibir el alta y los médicos le tuvieron que frenar!

Primer penalti de los cinco que todavía tiene que lanzar Djukic para salvar a un equipo demasiado revuelto y donde sus figuritas no dan la talla, así que debe encomendarse al talento de Kiko Femenía (un jugador que quiso el Málaga) a la categoría de Valdez, la sobriedad de Calatayud y al compromiso de un bloque que no quiere ser de Segunda pero que tendrá enfrente al mejor Málaga de toda la temporada. Decía Demichelis que lo que más le había sorprendido de este equipo fue la unión y la alegría que había en el vestuario a pesar de la mala situación deportiva. "Eso es lo que nos ha ayudado a salir de los tres últimos puestos".

A ninguno de los dos les vale el empate, pero menos al Hércules, obligado a sumar de tres en tres. El dulce momento de Julio Baptista y Seba, más el hambre de Rondón (entre los tres llevan 23 goles) habla por sí solo del potencial ofensivo de un conjunto cuya acusada mejoría en defensa le han borrado del cartel el dudoso título de 'club más goleado de Europa.

A todo esto, para el moderno Málaga Club de Fútbol puede hacer historia. Está a sólo dos goles de llegar al número 1.000 desde que en 1994 Juanma anotase el primero un histórico partido en Tercera División contra el Adra que entonces entrenaba un prometedor técnico entonces desconocido llamado nada menos que Lucas Alcaraz.