Dragones antes de la final de Dublín

El Villarreal arrancó su pretemporada cerca de Dublín. Durante un día de visita a la ciudad que iba a ser la sede de la final de esta Europa League, jugadores y técnicos no pudieron evitar dejar correr su imaginación. Soñaron con una temporada redonda, que empezase y acabase en Dublín y ahora están a un paso de lograrlo. Para ello deben lidiar con una final adelantada ante un Oporto imperial, pero el Submarino no puede fallar porque no sólo se juega entrar en su primera final, los amarillos necesitan aparecer en el escaparate continental con un título que plasme en algo material lo mucho y bien que lleva trabajando más de una década.

Ésta es la vertiente histórica que los futbolistas deben alojar en su corazón. En su mente estarán las indicaciones precisas para intentar frenar a este Oporto que ha campeonado incorrupto en su Liga y que en Europa está arrollando. No tuvo bastante Garrido con cruzarse con Mourinho para que ahora le espere el enigmático Villas-Boas. El joven técnico, durante años segundo de Mou, es una mezcla de la capacidad táctica de su compatriota y la actitud de Guardiola, por aquello de no dar entrevistas.

Pero más que al entrenador, al Villarreal le preocupa el potente ataque blanquiazul. Al avasallador Hulk se suman los goles de Falcao, máximo anotador de la competición. Pero tampoco le va a la zaga la dupla formada por Rossi y Nilmar. Sus goles tendrán más valor que nunca pues deben compensar la fragilidad defensiva de un Villarreal que confía en su pegada para superar esta cita histórica.