Liga BBVA | Espanyol
De la Semana Santa a la 'semana del partido final'
El último tren para ser séptimos pasa por ganar al Athletic
La Semana Santa culminó con un auténtico azote para el Espanyol. La derrota en Gijón, la decimosexta en las 33 jornadas que se han disputado (sólo Real Sociedad, Málaga y Hércules han perdido más partidos), aleja más que nunca al equipo de su sueño europeo, que necesita de un milagro para convertirse en realidad. No sólo los cuatro puntos que separan al Espanyol de Sevilla y Atlético (y los seis que lo distancian del Athletic) son una cuesta difícil de salvar; también lo son las sensaciones vertidas por los cuatro equipos que luchan por las tres plazas en juego. Mientras Athletic, Atlético y Sevilla van al alza, el equipo de Mauricio Pochettino no deja de perder aire y sólo ha sido capaz de ganar dos de los últimos trece encuentros de Liga. Un dato escalofriante.
Pero el Espanyol cuenta con una última oportunidad en la bautizada Semana del partido final, que culminará el lunes 2 de mayo: como la Semana Santa en Cataluña el lunes es su último día. El choque ante el Athletic es vital. Caer o empatar es perder el último tren a Europa. Ganar es alargar la ilusión y recobrar los ánimos, más teniendo en cuenta que la siguiente visita será el Camp Nou. El conjunto vasco acostumbra a ser una ganga en feudo blanquiazul. El Espanyol ha ganado los cuatro últimos enfrentamientos y el Athletic no vence desde la campaña 1997-98. Es más, los leones son el rival al que más veces han derrotado los pericos en la Liga, un total de 42 partidos de los 75 disputados.
La principal preocupación del club es la fecha del encuentro. Por primera vez en la temporada, el Espanyol jugará el lunes (21:00), por lo que la respuesta de la hinchada es incierta. El club tiene previsto repetir la campaña Lo tienes que vivir a través de la red e intentar que Cornellà-El Prat presente una entrada cercana a las 28.000 espectadores, aunque reconoce que será difícil aproximarse a esa cifra.
Desde los foros y las peñas también se intenta movilizar a los aficionados con un mensaje claro: este partido es una final. Está en juego prolongar los sueños del hincha o convertir los últimos cuatro partidos en estériles, salvo, obviamente, la visita al Camp Nou, otro acicate de la temporada. Del lunes dependerá que sea el último.