Liga BBVA | Racing 1-Málaga 2
La Bestia obliga a rezar de nuevo
El Racing se lía al caer con un rival directo. Un golazo de Baptista y otro de Seba lanzaron al Málaga tras el buen inicio local. Rosenberg acortó distancias
Alí Syed, el nuevo dueño del Racing, se lo debió oler por la mañana. Entre sus rezos y el desayuno. Quizás por eso prefirió suspender a última hora su viaje a Santander y se quedó en París con su familia. No está confirmado pero no se descarta que echara un vistazo al dossier de prensa que el club le envía a diario y no le gustase la poderosa alineación del Málaga. Intuyó que la calidad marcaría la diferencia en este partido y que la gente, si no se ganaba, iba a mirar al palco más de la cuenta para comparar lo que ha hecho el magnate y lo que ha aportado el jeque en el bando adversario. Y acertó de lleno en sus previsiones. Por algo su homólogo en la presidencia del Málaga, Abdullah Al-Thani, se ha gastado una fortuna en reforzar al equipo con jugadores clave (Demichelis imperial; Baptista bestial) para lograr el objetivo y por algo su Racing anda más despistado que de costumbre por los impagos y con un único refuerzo invernal (Gio) para salir del bache. De aquellos polvos vienen estos lodos.
Aun así, la actitud del indio, sin ser positiva, no es decisiva. Vale que Málaga y Racing andan parejos en la tabla tras este resultado. O que uno vuela en línea ascendiente con los bolsillos llenos y el otro cuesta abajo y sin calderilla. Pero tampoco conviene olvidar que el equipo de Marcelino está donde está porque sigue cargando con la ineficacia de sus delanteros y con la complacencia de su defensa.
Partido loco.
Tras unos primeros veinte minutos primorosos del Racing en los que Rosenberg desperdició su vigésimo mano a mano de la temporada (sí veinte; están contados), el Málaga se deshizo de esa presión inicial y comenzó a adueñarse del desgobierno. Apoño hizo lo que no termina de entender Lacen, robar y tocar sin perder, al mismo tiempo que su ataque demostró que la velocidad en este deporte se valora mucho más que la veteranía de su rival. Así, favorecido por el dominio visitante, Rondón dio el primer aviso con un cabezazo al larguero. En esos instantes, Baptista comenzó a acotar su parcela entre líneas; un terreno donde el Racing pierde la mayoría de los partidos. Cuando La Bestia se acomodó, se cargó el empate con un derechazo de matrícula con el que ya suma ocho tantos para enmarcar al Racing, su víctima preferida. Su gol fue un mazazo para el Racing y una inyección para el Málaga, alimentada minutos después por Seba, que machacó de rechace otra intervención del brasileño con una semichilena providencial.
El Málaga pudo sentenciar varias veces gracias a la inteligencia de Duda en el pase y a las goteras halladas entre Henrique y Torrejón y a la espalda de Francis. Pero Seba primero, y Apoño después, perdonaron tanto como su rival lo había hecho antes y repetiría más tarde. Esa caridad avivó al Racing en el segundo tiempo y convirtió los abucheos en gritos de aliento.
Cambio de guión.
Marcelino refrescó el equipo con la chispa que se demandaba (Luque y Arana) a la vez que Pellegrini echó al suyo atrás poniendo más pivotes de los que caben en un campo. Tanto empuje permitió a Rosenberg acertar por fin en su tarea cuando nadie lo esperaba, ya que su especialidad es deprimir al equipo en el mismo instante que tropieza contra los porteros. Pero los mayores méritos en la acción corresponden a Luque, que retrató a Adrián al recorrer la banda como nadie lo había hecho hasta el momento.
Aun así, la reacción ya era tardía. El Málaga ya había metido en un lío al Racing del que no sabía salir. Aunque Toño intentara emular a Aranzubía y Colsa rozara la heroicidad con un balón agónico salvado por Weligton. La puntería y la calidad habían sido claves para entender las diferencias actuales entre dos equipos que gozaron de las mismas buenas oportunidades de golear. Ahora al Málaga le resta confirmar su resurrección para seguir aferrado a Primera y motivar más a su inversor; y al Racing mejorar con urgencia en las dos áreas, rezar o esperar a jugar contra el Sporting. La solución con Alí será más difícil de encontrar.
Alí no estuvo en el Sardinero
Aunque había confirmado su presencia junto al vicepresidente del Málaga, Alí Syed no voló al final a Santander. El dueño del Racing estaba en París junto a su familia. Suspendió su vuelo de las 12:30.