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Liga Adelante | Barcelona B 0-Betis 3

Un vendaval hacia Primera

Partidazo del Betis en el Mini, que huele el ascenso. El Celta se queda a nueve puntos. Rubén, Jorge Molina e Iriney, goleadores. En Heliópolis ya es Feria

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<b>VUELTA AL ONCE. </b>Miguel Lopes recuperó su sitio en el lateral derecho y tuvo bastante trabajo con los ataques de Nolito. Estuvo correcto.
VUELTA AL ONCE. Miguel Lopes recuperó su sitio en el lateral derecho y tuvo bastante trabajo con los ataques de Nolito. Estuvo correcto.

Vuela el líder Betis directo hacia Primera, más o menos como un cohete camino del espacio. Y lo hace dando su mejor versión, puro espectáculo, como más le agrada, como más agrada. Incluso elige el mejor rival en su Liga para ser aún más grande y dar un zarpazo casi definitivo a sus rivales, porque el Celta ya está a nueve puntos. También para darse un gustazo, simplemente. O para tener una Feria inolvidable. O para corroborar que la temporada de Iriney o Rubén Castro, por citar sólo dos ejemplos, debe culminar en ascenso. Y es que el excelente partido del Betis en el Mini Estadi bien vale un alegrón dentro de muy pocas semanas. Las que faltan para que Heliópolis resople y despierte por fin de un mal sueño que ya dura dos años. Tres, cuatro, cinco, más o menos, pero esta vez parece que no se escapará.

Fue el mejor colofón a una Semana Santa atípica en Sevilla y para el beticismo cofrade, que ya sí huele el ascenso, como ayer mismo olía el incienso de la Hermandad de La Resurrección por el convento de Santa Ángela. Como si fuera un milagro, los rezos de los béticos dieron paso ipso facto a un vendaval de su equipo en Barcelona. Y es que para subir hace falta ayuda divina. O arbitral, que también cuenta. Antes del partidazo bético, con un Juanma espectacular y asistente en los dos primeros goles, y un Pereira al nivel de los mejores, Pino Zamorano se comió un penalti de Miguel Lopes a Nolito (2', con roja incluida) que pudo cambiar el sino del encuentro.

Fue un toque de atención al Betis. Sólo eso, pero también vale para levantar a la bestia. Mel no tardó en llamar a filas a su equipo y bien que se notó. El capitán Iriney se encargó casi él solito de ahogar todas las jugadas del Barça B, para salir a la contra con mucho peligro. Rubén Castro y Pereira avisaron a Oier, pero el Betis no sabe perdonar demasiado. Además, se sintió tranquilo en defensa, donde Casto apenas tuvo trabajo. Y es que incluso los propios béticos se esperaban más del filial.

Resolutivo.

Viendo que el partido estaba de su lado, el Betis inició una presión brutal en todo el campo, con una recompensa magnífica. En un error de Armando, Juanma se plantó en el área y dio una asistencia perfecta para que Rubén Castro marcara con sutileza (41'). No le hizo falta al canario rematar con más fuerza, la pelota ya olía a gol desde el error del zaguero azulgrana. Y si no que le pregunten a Luis Enrique, que no quiso ni ver el final de la jugada.

La explosión de alegría de los aficionados béticos tras el 0-1 no encontró freno, porque antes del descanso Jorge Molina ya había puesto más tierra de por medio. Fue otro gol made in Juanma, que dejó solo al alicantino ante Oier tras una diagonal sencilla pero a la vez resolutiva. Marc Bartra también puso su granito para que el Betis se fuera a vestuarios eufórico y con pie y medio en Primera al desviar el remate de Molina.

Pero Mel aún tenía nervios dentro del cuerpo. Quizás porque ahora sí se ve en Primera y puede cumplir uno de sus sueños. O porque en la primera vuelta el mismo Barça B ya remontó un 2-0 tras un gran partido del Betis y no quería sentir otra vez ese disgusto. Esta vez no ocurrió, fue más bien al contrario. El filial desapareció del mapa, aunque Soriano asustó con una falta que acabó en el poste. Pero Iriney ha vuelto a ser el Iriney que asustó al primer equipo del Barça en la Copa, incluso le ganó una apuesta a Mel con un golazo desde la frontal. Le toca al técnico pagar y lo hará muy gustosamente.

Y le toca al Betis ahora contar los días para celebrar el ascenso, porque sólo una hecatombe lo impediría. Será ante el Tenerife, el Nàstic o el Huesca. También le vale en Alcorcón, porque dejarlo para la última jornada ya sí que sería tentar mucho a la suerte. Mel sabe que esta vez llegará, más temprano que tarde, pero todavía le faltan varios puntos. Y quiere ser campeón, que es más bonito. Sólo tiene que seguir los pasos del Mini. Uno, dos, tres... ascenso.

La afición del Betis disfrutó en Barcelona

Más de 5.000 aficionados del Betis apoyaron ayer a su equipo en el Mini Estadi y disfrutaron con un partidazo y un triunfo muy importante. El ascenso ya se toca con los dedos en Heliópolis. También estuvo Miki Roqué en el estadio barcelonés. Un apoyo que sirvió de mucho para los jugadores.