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Liga BBVA | Hércules 1-Deportivo 0

Tiago aprieta la permanencia

El portugués marcó tras una gran acción colectiva. El Depor sólo empujó al final. El Hércules salvó su primer match-ball. Los coruñeses siguen en peligro

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<b>TRIUNFO BLANQUIAZUL. </b>David Trezeguet intenta llegar a un balón ante Lopo y Aranzubía. El galo pudo matar el partido en la recta final.
TRIUNFO BLANQUIAZUL. David Trezeguet intenta llegar a un balón ante Lopo y Aranzubía. El galo pudo matar el partido en la recta final.

La lucha por la permanencia se aprieta. Y algunos que pensaban hace algunas jornadas que la salvación estaba casi en el bolsillo, tendrán que sudar mucho todavía para seguir un año más en Primera. Ese es el caso del Deportivo, un equipo con muy poca ambición y que, si gana hoy el Zaragoza, se puede quedar sólo tres puntos por encima del tercero por la cola. El Hércules, por su parte, tenía ayer una última bala para meterse en la pelea hasta el final. Y la aprovechó gracias a un cabezazo de Tiago Gomes que supo a gloria bendita en Alicante. El equipo alicantino sigue en puestos de descenso pero la victoria le permite seguir soñando con salir del pozo antes del final de Liga.

Fue un partido clásico de final de temporada entre dos equipos en apuros. El Depor, agazapado atrás la mayor parte del tiempo, y el Hércules intentando acercarse a la portería contraria con más precipitación que acierto. A los gallegos se les notaba a la legua que firmaban con sangre el empate y las imprecisiones iniciales de los alicantinos denotaban que tienen la presión en el cogote. Así las cosas, estos duelos se suelen decidir por pequeños detalles. Y así fue. El Hércules envío a la jaula una de las dos que tuvo. Y en el Depor no acertó nadie, en el último minuto, a meter un pie que pusiera el empate en el marcador.

El Hércules va creciendo con Djukic. Poco a poco, pero va a más. El equipo sigue muy junto, tal y como quiere el serbio, aunque ayer tuvo que sacrificar un caballo, Valdez, para meter en el tablero un alfil como Tiago. Y la apuesta le salió bien. El portugués hizo el gol del triunfo pero, sobre todo, acortó las distancias kilométricas que antes existían entre los mediocentros y los delanteros. Además, todos los jugadores pelean cada balón al límite y se vacían en la presión. Eso es un punto a favor. Pero lo malo es que este equipo anda justito de gasolina. En el minuto 75, la mayoría estaban fundidos. Pero a base de colocación, sacrificio y orden evitaron el empate final del Depor.

Desenlace.

El duelo comenzó impreciso. La tormenta que descargó sobre Alicante mientras los jugadores calentaban puso el césped rápido y peligroso. Y ahí, los dos equipos optaron más por la practicidad que por el ingenio. Hasta que el verde recuperó su estado original no llegó la primera ocasión. El Hércules estaba volcado por banda derecha, con Kiko y Cortés, sin embargo, ésta llegó por la izquierda. Aguilar filtró entre los defensas el balón a Peña, éste centró sobre la línea de fondo y cuando Trezeguet iba a empujar a gol, Lopo salvó los muebles para el Depor.

Ahí empezó el duelo a enseñar algo y la cosa se calentó cuando Drenthe pidió penalti por un empujón dentro del área. El árbitro entendió que el holandés se había tirado pero no le enseñó la amarilla, que habría sido la segunda y habría cambiado el devenir del encuentro. A renglón seguido, el Hércules pidió otro penalti, éste más claro por mano de Juan Rodríguez pero Ramírez Domínguez tampoco apreció mano voluntaria.

Tras el descanso, el Hércules se lanzó a por la portería de Aranzubía. Tiago probó primero desde fuera del área pero el premio le llegaría con un cabezazo letal. Fue una jugada de libro. Trezeguet bajó al centro del campo para tocar de primeras a la banda. Kiko hizo la pared con Cortés y se plantó en la línea de fondo. El canterano la puso perfecta y Tiago remachó a la red, marcando los tiempos.

Con la ventaja empezó otro partido. El Depor se fue para arriba y el Hércules se echó atrás, en parte, por los problemas físicos de varios de sus jugadores. Adrián tuvo una cerca del final pero su remate, casi sin ángulo, se marchó al exterior de la red. Se preveía un final de infarto. Trezeguet pudo evitar el sufrimiento de la afición pero mandó a las nubes un regalo de Rufete, que se había marchado de Morel con un gran autopase. Tenía que llegar una para el Depor. Y llegó. Con el tiempo cumplido y Aranzubía en el área del Hércules, el balón se paseó hasta tres veces por delante de Calatayud que tuvo que intervenir para salvar la victoria.