Salvados y sin Europa

Un gol de Novo decidió un partido en el que le mejor toque del Espanyol no tuvo premio ante un Sporting que tiene muy bien aprendida la lección de mantener su portería a cero en casa. Es en lo que fundamenta su guión en los partidos en busca de la permanencia y, en este caso, aleja al conjunto españolista de las posiciones de Europa League.

El partido tuvo un arranque fuerte del Sporting, como es costumbre en casa. En este caso, con más fuerza, ya que había una especie de conjura en el vestuario para dedicarle la victoria a su entrenador, que el pasado miércoles perdió a su padre en un trágico accidente. No duró mucho el dominio, porque el conjunto de Pochettino empezó a cogerle el pulso al encuentro, bien guiado por Verdú.

Sin embargo, pese a su control territorial, al conjunto barcelonés le faltaba profundidad. Salvo un disparo que detuvo Juan Pablo, bien colocado, el resto de intentos fueron amagos de Callejón y Luis García, con Iván Alonso muy lejos del área del Sporting y Osvaldo, muy activo, pero excesivamente individualista y solitario. Además, se encontraba con Botía o Iván, que tenían el control.

El Sporting se dejó ver a ráfagas. Tras dos amenazantes intervenciones de Barral y De las Cuevas que inquietaron a Kameni, el resto de aproximaciones fueron tímidas y muy esporádicas. Una jugada de Diego Castro que no encontró rematador y un tiro cruzado de Eguren fueron los principales peligros.

En el descanso, Pochettino dio entrada a Márquez, para tener mejor dominio del centro del campo. El conjunto españolista asumió el control del balón y daba sensación de peligro, pero el sistema defensivo rojiblanco resultaba infranqueable. Con este dibujo táctico, el Sporting utilizaba su mejor arma, el contraataque, para inquietar a la zaga catalana, que daba muestras de debilidad. Así se fueron cargando de tarjetas los zagueros visitantes, al cortar los avances, sobre todo del impetuoso Barral, un delantero incansable y con talento. Un lujo para los rojiblancos.

Cambio decisivo.

La entrada de Novo en juego resultó clave en el desarrollo del partido. El gallego suplió al portugués André Castro y De las Cuevas pasó al enganche. El cambio táctico creó desconcierto en la defensa blanquiazul. Coincidió en una fase en la que el Sporting se despojó temporalmente del dominio españolista. El ferrolano cazó el balón en un centro pasado de José Ángel, que desvió con infortunio el joven Raúl Rodríguez. La jugada acabó en el gol que determinó el desenlace del partido, sólo cinco minutos después de estar en el campo. La celebración de todo el equipo se trasladó al banquillo, para dedicarle el tanto a su entrenador, tal como había anunciado en la previa de este trascendental encuentro.

Los últimos veinte minutos fueron de control total del Espanyol, pero la defensa gijonesa era imposible de superar. Pochettino utilizó todos los cambios posibles. Dio entrada a Álvaro y Rui Fonte, dos delanteros, pero ninguno le dio buen resultado para sorprender el estilo defensivo del equipo de Preciado, que fue más efectivo.