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Raúl

"El Madrid es mi club, pero necesitaba escapar"

Raúl, entrevistado por el diario The Guardian, habla sobre su etapa en el Schalke y su marcha del Madrid. El excapitán está feliz y la mera idea de una final de Champions Schalke-Madrid le deja sin palabras.

Sid Lowe
Raúl.

Se encuentra a una eliminatoria de una posible final Madrid-Schalke. ¿Es algo que llegó a imaginar?

No. El Schalke es un equipo totalmente distinto al Madrid. En la Bundesliga lo hemos pasado mal, perdimos los primeros cinco partidos y hemos estado en mitad de tabla toda la temporada. Pero en Champions, en la fase de grupos y las eliminatorias hemos jugado excepcionalmente y ha aumentado nuestra autoestima. Ante Valencia e Inter todos esperaban que cayéramos eliminados, pero pasamos a pulso.

A la hora de decidir fichar por el Schalke, ¿qué importancia tuvo el hecho de que jugara la Champions? ¿Qué tiene esta competición que a usted le motiva tanto?

La Champions es especial y sí es algo que me importó a la hora de tomar la decisión. Los partidos de Champions son únicos, diferentes a cualquier otra competición. Pero la mayor razón por la que me decanté por este club fue la confianza que depositó en mí Magath (destituido en marzo) y que se trata de un buen equipo en una buena liga. El año pasado fue segundo, casi ganó su primer campeonato en 50 años y, aún así, me dieron la oportunidad de jugar con frecuencia y competir. El próximo año puede que no estemos en Champions, pero no me marcharé. Antes de irme al Schalke, tuve la oportunidad de fichar por otros clubes, pero lo que realmente necesitaba era jugar con frecuencia y seguir luchando durante más tiempo. Me siento bien físicamente, mentalmente, y espero seguir durante al menos una temporada más. A la conclusión de la temporada que viene, si me sigue apeteciendo, me encantaría seguir jugando más tiempo.

¿Qué otras opciones tuvo sobre la mesa? Mucho se habló del Manchester United en su momento...

Hubo un par de posibilidades y el Manchester era una de ellas, pero la única persona que sabe realmente lo cerca que estuve de ser del United es Alex Ferguson. Nunca hablé con él personalmente, pero sí hubo contactos con el club. Antes de marcharme a Alemania, había pensado en Inglaterra, dónde tenía ofertas. Me encanta la cultura inglesa, el respeto que le tienen al fútbol, el ambiente y la intensidad. He estado en Old Trafford, en el Emirates y en Anfield, viendo a Morientes, y fue magnífico. Me atraía la idea de jugar ahí. Quería probar algo diferente, pero he conseguido saborear algo distinto en mi etapa alemana. Siempre viajan con nosotros 3.000 o 4.000 aficionados a los partidos, nunca estamos solos y no podría estar más feliz.

Tras el partido de vuelta ante el Inter, usted pudo celebrar el triunfo desde las gradas junto a la afición...

Sí, fue magnífico. Me eligieron, hablé y creo que los aficionados me entendieron bien. En Madrid ganar era un obligación. Aquí ganas y, tampoco se hace la fiesta siempre, pero es distinto. Hay gratitud y se disfruta. Es una experiencia fantástica que me ha completado como futbolista.

Viendo lo bien que le están yendo las cosas, ¿ha pensado alguna vez en por qué no se marchó del Madrid antes?

Haber jugado en el Madrid durante tanto tiempo tiene más peso que eso. Pero sí llegué hasta un punto en el que noté que se había cerrado un capítulo: si quería seguir disfrutando del fútbol me tenía que marchar. Me podría haber quedado en el Madrid esta temporada, pero no habría sido lo que yo quería. No lo estaría disfrutando. No se trata sólo del éxito. En octubre y noviembre las cosas no iban tan bien. Sólo había marcado un par de goles, el equipo lo estaba pasando mal, pero aún así estaba contento. Cuando llegué, la gente me paraba y me decía "gracias por venir al Schalke". Para mí, eso es algo increíble.

Y tras un mal inicio, el Schalke empezó a ganar...

¡Y además jugando bien! No me lo podía creer. De verdad que no. En Champions, en fase de grupos, terminamos los primeros. ¡Primeros! Ahora a ver qué pasa en octavos... Llega el Valencia y ganamos. Luego, el Inter, campeones de Europa, y marcamos cinco en Italia. Ahora, ¡en semifinales!

De alguna manera, ¿considera un alivio haber dejado la capitanía del Madrid?

Estoy más relajado. En Madrid, además de jugar al fútbol, tenía otras responsabilidades. Y muchas. Al final, eso te acaba agotando. Tenía que concentrarme en trabajar y jugar con mis compañeros. Ahora no me preocupo de temas ajenos al fútbol. No hay eventos todas las semanas ni otras responsabilidades. Esto es lo que realmente quería. Los años que pasé en el Madrid fueron maravillosos, es mi club y siempre seré madridista. El Madrid me cambió la vida, pero alcancé un punto en el que necesitaba escapar. La capitanía es un honor, pero me hacía falta algo diferente. Y eso lo he conseguido en el Schalke.

¿Qué recuerdos suscitan para usted el Manchester?

(Reflexiona y ríe) El taconazo de Redondo fue increíble. El hat-trick de Ronaldo, aunque aquel partido estuve lesionado y no pude jugar. Los dos goles que les marcamos en el Bernabéu... Aún recuerdo la portada de un diario en el día que ganamos en Old Trafford en el año 2000 en la que se leía la frase "el United no me da miedo", repetido una y otra vez como un mantra. Pocos pensaban que sería posible ganar. Era súper complicado. Tenían un equipo fantástico y, aunque logramos un buen resultado de 0-0 en casa en la ida, no pensábamos que fuera posible ganarles ahí. Aquel año no teníamos la mejor plantilla del Madrid de la historia, pero sí éramos un grupo muy compenetrado. Recuerdo que alcanzamos la euforia con el 0-3 y, de la nada, remontaron hasta el 2-3. De ser cinco minutos más largo el partido, a saber qué habría pasado...

Aquel año, tras el partido de ida, Ferguson dijo que usted era el mejor jugador del mundo...

Siempre ha dicho cosas muy buenas de mí y eso algo que agradezco muchísimo porque él es uno de los mejores entrenadores de la historia. Es muy difícil permanecer tanto tiempo en el mismo club y montar equipos competitivos generación tras generación... El Manchester tiene una bonita mezcla de veteranía y juventud con Giggs, Scholes, Van der Sar, Ferdinand y futbolistas más jóvenes como Rooney, uno de los cracks del fútbol mundial. Puede que no estén al nivel del Barcelona en cuanto a juego, pero siempre alcanzan las semifinales.

Menciona a Giggs. ¿No le parece curioso que en el año 2011 estemos hablando de un duelo Raúl-Giggs en semifinales de Champions?

Adoramos esta profesión. Para Giggs y para mí el fútbol es nuestra vida. Él es un gran profesional que se cuida mucho. Tiene 37 años, ¿verdad? Y juega cada tres días en todas las demarcaciones que le toquen: por el medio, en el extremo, más adelantado... Giggs y Scholes son futbolistas a los que admiro muchísimo. Mi deseo es cambiarme la camiseta con Giggs, sería un honor.

Futbolistas como Giggs, Scholes y usted están siempre ajenos a la polémica. ¿A qué se debe?

Podría haber hecho las cosas de otra manera a lo largo de mi carrera, pero lo que realmente me gusta es el fútbol. Por eso estoy aquí ahora. De joven hice una o dos tonterías, pero luego ya me concentré en mi pasión: el fútbol. Desde entonces siempre he evitado todo lo no futbolístico (...).

¿Considera que desafía a su edad?

Mientras se entrene y se mantenga la ilusión, se puede seguir jugando. Fíjese en los que corren maratones y consiguen sus mejores marcas a los 40 años. ¡42 kilómetros! El cuerpo humano puede con todo. Lo importante es la cabeza. Al fin y al cabo todo está en la mente (...).

¿Hay más presión de la que imaginamos en el fútbol?

Depende de dónde estés y la presión mediática. Hay futbolistas que tienen 27 años a los que miras y piensas: "Está acabado". Luego, ves a alguno de 30 años que puede ser el mismo que viste hace tres años con 27 y te dices: "¡Parece que vuela!". Muchas veces se trata de confianza y buen ambiente. Luego hay casos de futbolistas con 36 años a los que ves y piensas que parecen niños. La psicología en el fútbol es muy importante.

Usted siempre ha reconocido que a Capello le debe mucho...

Los técnicos que tuvieron un gran impacto sobre mí fueron Valdano y Capello. Éste último trajo la actitud profesional del fútbol italiano a España (...). Teníamos una gran relación. Estoy seguro de que vendrá al Manchester-Schalke porque nunca se pierde un partido. Siempre le veo en las gradas y me encanta. Él exigía tanto de mí cuando yo apenas tenía 19 años y hubo días en los que me enfadaba mucho. Pero con el tiempo me di cuenta de que esa exigencia dio sus frutos. Cuando oigo a mis compañeros quejarse del entrenador siempre les digo lo mismo: "Vale. Pero piensa que si no te dijera nada sería mucho peor. Lo hace por tu propio bien. Sólo quiere que mejores como jugador" (...). Confío mucho en Capello y me esperaba algo más de Inglaterra en el Mundial de Sudáfrica. Yo creo que España ganará la Eurocopa de 2012 y que Inglaterra será subcampeona. (Risas).

Capello sólo duró una temporada en sus dos etapas en el Madrid. El Manchester tiene el mismo técnico desde 1986...

Desde entonces el Madrid habrá tenido unos 15 o 16, ¡seguro! Con la excepción de Del Bosque, los técnicos del Madrid no han tenido ninguna continuidad. En España no existe la misma cultura ni paciencia que en Inglaterra. En cuanto hay objetivos no cumplidos, el proyecto sufre. Pero pienso que el Madrid ha encontrado a una figura clave en Mourinho (...).

Pese a esta presión, ¿contempla ser entrenador en un futuro?

No lo sé. Eso ya lo veré en cuanto deje de ser jugador. Lo único que he hecho durante los últimos 17 años ha sido ser futbolista. Claro que he mirado, observado, absorbido ideas y aprendido conceptos a lo largo de los años. Pero si algún día quiero ser entrenador, antes me gustaría educarme lo máximo posible: conseguir la licencia y un másters. Hay una diferencia tremenda entre jugar y tener que tomar decisiones. Mire a Pep Guardiola, que lo ha hecho de fábula, ¿pero cuánto más va a durar? ¿Otro año? Mourinho estará en el Madrid otros tres o cuatro años, me imagino. No es fácil, se necesita paciencia.

¿El Schalke tiene presión en esta semifinal?

Siendo sincero, no creo que hayamos tenido presión en ningún momento de la temporada (...). Fuimos a Valencia pensando: "A ver si conseguimos jugar bien...". Luego, nos fuimos a Milán, al estadio de los vigentes campeones. Déjeme decirle algo, un equipo bajo presión nunca habría marcado cinco goles en San Siro.

¿Y ahora qué?

¿Ahora? Soñar con ganarle al Manchester. Veremos si logramos ser el mejor equipo de los dos. O quizás no lo logremos. La lógica apunta a que el United sea el vencedor, pero lo intentaremos. Puede que hasta eso se convierta en una ventaja para nosotros. Quizás el Manchester piense: "¡A Ver! No podemos dejar que se escape el pase a la final". Aunque, al igual que el Real Madrid, el Manchester sabe coexistir con esa presión constante. Pero si se relajan un poco, ¿quién sabe? (...) Tenemos las ideas muy claras y sabemos a qué jugamos. Tenemos a Farfán, que es muy rápido y habilidoso. A Jurado, que está creciendo mucho. Nuestro portero Neuer es muy, pero que muy bueno. Apenas le conocía antes de llegar a Gelsenkirchen, pero es increíble. La gente lo tendría que ver cuando entrena: sus paradas, sus lanzamientos de brazo de 50 metros... Creo que es incluso más completo que Casillas y sólo tiene 25 años.

La final sería en Wembley.

(Sonríe). Sería la leche. Antes de venir al Schalke nunca le había marcado al Bayern y lo logré en la Copa alemana. Fui a San Siro y le marqué al Inter, algo que tampoco había hecho con el Madrid. Nunca he estado en Wembley, uno de los estadios, junto al Maracaná, en los que siempre he soñado jugar. ¡Tremendo! Me encantaría estar en esta final, aunque sea como aficionado para ver al Real Madrid.

¿Teme llegar a la final y que sea contra el Madrid? ¿Sería un sueño o una pesadilla?

No lo sé. Ahora no tengo ni palabras para expresarme. Si sucede, sería... En primer lugar, nunca esperaba tener la posibilidad y con eso ya estoy satisfecho. Ahora queremos un poquito más. No sabemos cuando una oportunidad como esta puede repetirse. Mire al Madrid, que había estado siete años sin pasar de los cuartos. Si me garantizan que ganamos la final, casi mejor ganarle al Barça. Si no, el Madrid.