Casillas completa su colección de títulos con la Copa
Esencial con paradas en la segunda parte


Casillas completa la colección de títulos. Le faltaba la Copa del Rey y ya la luce en su palmarés. Era su obsesión, su objetivo principal este año. Cristiano marcó el gol de la victoria, pero las paradas de Iker el miércoles volvieron a ser fundamentales para lograr el título. Las tres milagrosas se las hizo a Messi, Pedro e Iniesta en la segunda parte.
Es un futbolista con estrella y con oficio. Sale victorioso de todo lo que juega. Excepto una Supercopa de Europa ante el Galatasaray (1-2) y una Intercontinental (1-2) en 2000, ha ganado las finales que ha disputado. Sus dos Champions (Octava y Novena) así lo atestiguan. En Glasgow era suplente, pero acabó jugando por lesión de César y sus paradas fueron milagrosas. De las Intercontinentales, jugó la de 2002 ante el Olimpia de Asunción (2-0), una Supercopa de Europa frente al Feyenoord (3-1), la Copa del Rey ante el Barça y la Eurocopa y Mundial con España. Eso sin contar los títulos conseguidos en las categorías inferiores, entre ellos el Mundial Sub-20.
La pena está en las dos Copas del Rey (2002, Deportivo, y 2004, Zaragoza) que estuvo en el banquillo y César ocupó su puesto. Recuerda que de niño la final de Copa era el partido que más le gustaba ver y le ha costado más de once años desde que está en el primer equipo conseguirla. Pero espera que este año todo no acabe en la Copa. "Quiero más", dijo tras ganar este trofeo.
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Es el primer título que le entregan como capitán, galones que ostenta desde julio de 2010, al irse Raúl y Guti. En la historia del Madrid, otros dos porteros recogieron trofeos como capitanes. A Zamora le dieron la Copa en Mestalla en 1936 frente al Barcelona. Casualidades de la vida. Y Juanito Alonso recibió la tercera Copa de Europa en 1958 tras derrotar al Milán por 3-2.
Además de Casillas, Arconada (en 1987) y Palop (en 2010) han sido los otros dos porteros que, como capitanes, han recogido la Copa del Rey. El 20 de mayo, Iker cumplirá 30 años con las ilusiones intactas, pese a tenerlo todo.



