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El carrusel | La Liga al microscopio

SúperPepe: un felino con los corzos culés

El Madrid-Barça defraudó en el plano futbolístico. Mourinho tejió de inicio una tela de araña con Pepe como tapón en el mediocampo y el Barça no tuvo la fluidez de toque de otras veces. Sólo con la expulsión de Albiol y la entrada de Özil varió un panorama que pareció dejar contentos a todos, cada cual por su particular causa.

SúperPepe: un felino con los corzos culés
dani sastre

La ficticia frontera de la cantera de un club

El Athletic ganó en Pamplona con goles de dos navarros, Llorente y Muniain. Lo hizo, para más inri, con seis futbolistas en su equipo titular nacidos en Navarra, dos más de los que alineó Osasuna. Una osadía para el club rojillo, excelencia de la Comunidad, único punto de unión que muchas veces encuentra un pueblo diverso en cuanto a ideas y tradiciones, influencias y límites. Es como si el Cádiz superara al Athletic con más vascos que su rival. Pero no hay un estatuto -ni lo habrá- que marque los límites geográficos de una cantera. Captar navarros es tan legal para el Athletic como para Osasuna hacerlo con vizcaínos. Aunque a veces sirva de sonrojo. Como ayer.

El destino en el fútbol y la figura de Bingen

Bingen Erdozia. 22 años. De Hernani. Probablemente muy pocos sepan quién es, pero su nombre está íntimamente ligado al de Griezmann, autor de los dos goles de ayer en el vital triunfo de la Real frente al Sporting. Bingen fue el extremo zurdo que Lasarte mandó subir a entrenarse con el primer equipo txuri-urdin en el verano de 2009. Sin embargo, una inoportuna lesión le hizo ausentarse y su lugar lo ocupó un joven Griezmann. El destino y la calidad del francés quisieron que a base de buenas actuaciones aprovechara aquel resquicio de forma triunfal. Desde entonces hasta hoy. Mientras, Bingen busca su sitio en el Eibar, víctima de un destino que, quizá, no le pertenecía.

Suárez: su pelo crece al mismo ritmo que su fútbol

Mario Suárez es más importante cada día que pasa en el centro del campo del Atlético. Muchas veces decimos que los canteranos necesitan confianza y continuidad. Acumular una serie de partidos seguidos. Él ha tenido que esperar cuatro temporadas, tres cesiones (Valladolid, Celta y Mallorca) y alrededor de 26 jornadas de la actual Liga para gozar de semejante honor. Pero desde el encuentro ante el Villarreal en el Calderón -hace ya mes y medio- Quique le ha dado un protagonismo en el mediocampo que se está encargando de explotar. Encaja este desarrollo con la mejoría del Atlético y también con su cambio de look. Ese pelo rizado y camino de lo afro resume bien lo que está siendo este final de temporada para Mario. Un desmelene de buen fútbol y protagonismo.

Un políglota de Juozo Miltinio

El Valencia sigue creciendo según se acerca el final de temporada. Este brote tiene su sustento defensivo en Stankevicius. El lituano ha terminado por consolidar la zaga actuando como central y no como lateral, a diferencia de lo que otras muchas veces hizo de manera forzada a lo largo de su carrera. A veces cuesta que los jugadores de la antigua Unión Soviética se adapten a los requerimientos de nuestra Liga. Son fríos y autónomos, pero de una calidad indudable. Esta tendencia, sin embargo, no es tan remarcada en Stankevicius. Entre otras cosas por la asombrosa poliglotía que le permite hablar lituano, ruso, inglés, italiano y español. Así es más fácil avenirse con sus compañeros, sean de la nacionalidad que sean. Probablemente para honrar este hecho, el central regresa cada vez que puede a su escuela -Juozo Miltinio- para agradecer a su director los idiomas adquiridos durante su formación. Y es que su facilidad para comunicarse le ha hecho más fuerte a él, pero también, de paso, al Valencia.

Baptista: el enroque del precavido ajedrecista

Baptista regresó de su lesión marcando dos goles fundamentales para el Málaga. Cuando el club pidió su cesión en el mercado invernal fue precisamente porque con su calidad podría decantar encuentros como el del sábado. Y así ha sido. Ha coincidido, además, que su aparición se produce cuando más lo requería el equipo. Haciendo un símil con el ajedrez, la irrupción de Baptista en estas últimas jornadas supone para el Málaga un enroque con el que poder salir airoso de una sensación de acorralamiento. Tiene sentido la comparativa, pues el brasileño es un fanático de este deporte. Es su forma de mantener despierta la mente. La misma, seguro, que ha utilizado en estos dos meses y que con un solo movimiento vuelve a dotar de vida al Málaga. Queda partida, sí.

La estabilidad de Munúa es la de su abuela Irma

El Levante volvió a ganar y manosea de forma meritoria la salvación. Los calificativos para Luis García y todo su equipo se quedan pequeños. Buena parte de esta brazada final tiene su germen en la portería. Gustavo Munúa se ha erigido en una tapia insalvable para sus rivales. El uruguayo fue suplente durante media Liga, pero desde que se hiciera con la titularidad a finales de enero su bagaje es incontestable: siete victorias, dos empates y una derrota. Tremendo. Este buen resultado tiene mucho que ver con la confianza que él mismo tiene de sus posibilidades. Esa condición la adquirió de su abuela Irma, con la que se crió y a la que recuerda con pasión. Ella le insufló un autoestima que distingue a los buenos porteros. Y él desde luego que lo es.

El personaje: Pepe

El Barça amenazaba con inundar nuevamente el Bernabéu de música celestial, la que se desprende de cada una de las acciones combinativas de su mediocampo. Xavi, Iniesta y Messi acostumbran a revolotear como angelicales hadas hasta aturdir a sus marcadores, casi siempre obnubilados ante la velocidad y precisión con la que son capaces de hacer rodar el balón. Mourinho, que lo sufrió en el encuentro de ida, lo sabía. Y por ello decidió contrarrestarlo con Pepe, un defensa entre centrocampistas, un destructor entre creadores, un felino entre corzos. Su irrupción fue como la de los superhéroes, estruendosa por inesperada, centelleante por eficaz. Sin más capa que la elástica blanca ni mayores superpoderes que sus tremendas cualidades físicas, el portugués mantuvo oprimidos a los artistas culés como pocas veces se ha visto. Tanto, que la estrategia dio paso a todo un personaje: SúperPepe.