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Liga BBVA | Athletic

Iturraspe y Orbaiz llevarán el mando ante Osasuna

Muniain, con la rodilla tocada, fue el primero en retirarse

<b>EN SAN MAMÉS. </b>La primera plantilla se ejercitó en San Mamés. Estaba previsto que lo hicieran en Lezama, pero una avería en el suministro de agua obligó a cambiar el escenario del entrenamiento. Caparrós estuvo pendiente de sus dos puntas, Llorente y Toquero.
fotos: juan flor

El Athletic se desplazará el domingo a Pamplona con la intención de volver a casa con tres puntos que le permitan mantener ventaja en la lucha por Europa. El conjunto rojiblanco, que ha sacado cuatro puntos en sus dos últimas salidas, es consciente de que el éxito continental depende de continuar sumando a domicilio.

Caparrós dio ayer forma al equipo que opondrá a los rojillos y en el cuaderno del técnico no habrá muchas variaciones con respecto al once que alineó ante el Real Madrid: saldrá Javi Martínez (sancionado) y entrará Iturraspe, que junto a Orbaiz será el encargado de dar criterio al juego del equipo. La apuesta está pendiente del estado físico de Muniain, que arrastra problemas en una rodilla y no pudo concluir el entrenamiento. Si falta el diablillo (en el Reyno le esperan con banda de música) en su lugar estará Gabilondo.

Al pie.

En el ensayo llamó la atención la voluntad del equipo por llevar el balón al pie. De hecho, todas las acciones de ataque comenzaban con los dos centrales abiertos, circulando el balón desde atrás y limitando los envíos en largo. La medida es una opción para mover a la defensa contraria, que ante un ataque más básico siempre puede controlar mejor a Llorente. Es lo que ocurrió el pasado sábado frente al Real Madrid o un par de semanas antes ante el Villarreal. Liberar de ataduras al internacional es acercar a los rojiblancos al camino del gol.

Con un dedo fuera de sitio

La anécdota de la mañana la protagonizó Orbaiz, que en un momento del partidillo, tras chocar con un compañero, sufrió una luxación en un dedo de la mano. El percance se pudo ver desde la tribuna, pero el navarro se lo tomó con calma. Llamó la atención del fisioterapeuta, que le redujo la luxación y le colocó un vendaje compresivo con el que pudo continuar.