Europa League | Villarreal 5 - Twente 1
Manita hacia semifinales
El Villarreal pasó por encima del Twente con goles de Marchena, Valero, Nilmar (2) y Rossi.
El fútbol español está que lo borda y el Villarreal completó anoche la procesión continental que habían iniciado Real Madrid y Barça finiquitando, prácticamente, sus eliminatorias de cuartos con una goleada en casa. Los de Garrido le pasaron por encima al Twente y viajarán a Holanda con un 5-1 que debe ser pasaporte anticipado a semifinales, donde lo normal es que se las vea con el Oporto. La máquina amarilla funcionó de lujo y, en cuanto Marchena abrió la lata, el equipo se tranquilizó, se creyó su superioridad y empezó a encadenar llegadas y goles. Cazorla, Borja, Rossi y Nilmar demostraron que son la mejor ofensiva de la Europa League y que con ellos enchufados pensar en levantar el trofeo en Dublín no es una osadía.
Pero aunque los flashes siempre acaben siendo para los de arriba (muy merecidos) si una clave hubo en el partido y en la mejora del juego amarillo en las últimas semanas ésa ha sido la reubicación de Carlos Marchena. Garrido esperaba un mediocentro en el mercado invernal y, como no llegó, supo hacer de la necesidad virtud y adelantó al sevillano a una posición que ya conocía bien. Fue un reajuste perfecto que hizo funcionar aún mejor la maquinaria amarilla. Anoche, el campeón del mundo dio una lección, se comió a la medular holandesa e igual aparecía auxiliando a sus centrales que presionando hacia arriba. Da gusto ver a alguien con su palmarés dándolo todo en una batalla más, en la que encima marcó el gol clave.
El tanto de Marchena fue una liberación para el Submarino que reencontró su mejor versión, la que le elevaba a años luz del Twente. Borja y Cazorla escribieron otra obra maestra y Rossi y Nilmar destrozaron a una zaga muy floja. Lástima que Janko hiciera en el añadido el 5-1. Vila-real ya sueña con una final europea. Jugando así, que nadie lo dude, por mucho Oporto que se ponga delante.
El detalle. El Madrigal rozó el lleno
El estadio amarillo registró anoche una gran entrada, con más de 23.000 personas y ambiente de excepción. De ellas, alrededor de un millar eran aficionados del Twente a los que les tocó sufrir con la derrota de los suyos.