Dontsk halló su Abramovich para tumbar al Dinamo

Como la mayoría de los habitantes de Donetsk, Rinat Akhmetov nació en el seno de una familia de mineros. Donetsk, capital de la Ucrania prorrusa, ha sido desde tiempos inmemoriales la gran cuenca minera de la zona, ya fuera formando parte de la extinta Unión Soviética, como de la Ucrania independiente. De hecho, el hijo más famoso de Donetsk fue el minero Aleksei Grigorievich Stajanov, nombrado Héroe del Trabajo Socialista tras conseguir extraer él solito 14 veces más carbón de la media de sus compañeros en un concurso organizado por los chicos de Stalin. Desde entonces, a currar como un burrose le llama stajanovismo.

Akhmetov pronto vio que esto de bajar a la mina a picar no era lo suyo y decidió aplicar el estilo del camarada Stajanov en las fi nanzas. Empezó dedicándose a la banca y aprovechando que el 16 de julio de 1990 desde Kiev se agarraron a la Perestroika para independizarse y abrazar el capitalismo, Akhmetov empezó a ganar dinero al estilo stajanovista. No le fue mal y hoy, según la revista Forbes es el hombre más rico de su país y el 148 del mundo con una fortuna de 3,6 billones de euros.

Como cualquier millonario que se precie, Akhmetov se compró un club de fútbol. Pero a diferencia de Abramovich, con el que se le compara a menudo, no se fue a la Premier. Invirtió en el club de su ciudad. El Shakhtar, los mineros, recibieron una inyección de millones que les ha llevado a tumbar la hegemonía del Dinamo de Kiev, representante de la Ucrania antisoviética.