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Liga BBVA | Valencia

César-Middleton, los 'abuelos' más jóvenes

Bajo el techo de La Fonteta estaban dos estrellas de las Ligas de fútbol y baloncesto que sumaban entre ambos 83 años. Los dos se lo pasaron en grande porque su carácter abierto y extrovertido es su gran secreto para mantenerse jóvenes. Compartieron experiencias de más de 20 años jugando a primer nivel, repasaron sus extensos currículum y sus éxitos personales. Uno nació en Queens (New York) y el otro en Extremadura, pero poseen muchas similitudes.

Gimeno, Pilán
César-Middleton, los 'abuelos' más jóvenes

Si el destino fuera una baraja de cartas, César (39) y Middleton (44) serían los que mejor las juegan porque han sabido ponerle diques al mar y mantenerse como dos niños entre los grandes sin que un DNI les diga cuando retirarse. "La edad la marca el espíritu y las ganas por hacer bien tu trabajo" apunta César. Ambos son los 'abuelos' de la Ligas profesionales más seguidas en España y ambos defienden el naranja del Power y del Valencia. César ya es el portero en activo más longevo de la Liga BBVA y Middlenton lo es de la ACB.

Y estos dos récords han caído en estas últimas semanas. El primero en alcanzarlo fue el norteamericano quien saltó el pasado 27 de marzo contra el Lagun Aro con 44 años, 8 meses y 6 días, superando a dos mitos como Chichi Creus y Mike Higgins. Mientras que César hizo lo propio el pasado sábado en el Coliseum ante el Getafe y allí superó la marca de dos porteros míticos: el argentino Carlos Fenoll (Valladolid) y Armando (Athletic). Al meta ché le hacía falta disputar un minuto y a sus 39 años y 212 días se convirtió en el meta en activo más veterano en disputar un partido en Primera División.

Son muchas las similitudes entre estas dos fuerzas de la naturaleza: El año 1991 es el del desembarco en España del pivot de Queens (New York). Llega desde Italia con destino a Girona (su gran equipo). Ese mismo año César da el salto del Plasencia al Valladolid y en un año ya está jugando en Primera (y lleva 20 años seguidos). Muchos equipos en sus palmarés: Middleton diez a sus espaldas y César, cinco. Ambos son campeones de Europa el mismo año, un 2002 mágico para los dos. El americano recuerda con cariño aquella final ganada con el Panathinaikos y César gana la Champions con el Real Madrid en Glasgow. Pero si en algo son dos gotas de agua es en el carácter. Las bromas son contantes y ambos destacan que es el gran secreto que tienen para conservarse tan bien entrando en los cuarenta: "Entrenar dos horas con Pesic es la muerte, pero me encanta esto. Me gusta disfrutar y quiero ser feliz. Quiero seguir jugando hasta los 50 años. Mi secreto es cocinar, comer bien, dormir siesta y tener mucho sexo", afirma Middleton. César se ríe, pero recoge el guante rápido y no se queda atrás: "Entonces si es por eso yo calculo que podría jugar hasta los 60 años". Hay buena química entre ambos cuando saltan a la pista. El portero ché encesta sus tres primeros lanzamientos, Darryl lo mira haciendo un gesto de aprovación y moviendo su muñeca y le sale un natural: "It's OK" ("Eso es perfecto").

Se juegan un uno contra uno mientras siguen charlando y bromeando. El portero de Coria le tutea y le pregunta si le puede llamar "jefe", pero Darryl le matiza y le dice que le llame "chef" porque el norteamericano es cocinero profesional por la prestigiosa Escuela Hoffman de Barcelona de la que salió Ferrà Adrià. De hecho ya ha cocinado varias veces para toda la plantilla del Power. Siguen las bromas y pivot le explica su particular visión del fútbol: "César, ¿sabes que el pivot es como el portero? Somos los más importantes, los partidos los ganan nuestras manos...". Una vez que termina el partido, ambos se vuelven a juntar en el centro de la pista de La Fonteta y vuelven a ponerse serios. "No piensas en que te queda poca cuerda, vas a entrenar, a enseñar a los jóvenes, te tomas la vida con otra filosofía y disfrutas cada segundo. Estoy muy feliz en Valencia ("yo también" apunta Middleton) y quiero seguir disfrutando de esta experiencia que me ha dado el Valencia" dice César. Se despiden y se enfundan en un abrazo. Muy buena suerte, 'abuelos'.